SOLO 20 INMIGRANTES ILEGALES FUERON DETENIDOS EN EL ESTRCHO DESDE QUE EN OCTUBRE MARRUECOS INCREMENTO LA VIGILANCIA
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Desde principios del pasado mes de octubre hasta la actualidad tan sólo un total de 20 inmigrantes ilegales fueron detenidos en las costas españolas después de cruzar el Estrecho en pateras, según datos del Gobierno Civil de Cádiz.
Este importante descenso en el número de "ilegales" detectados en la zona sur del país se debe, principalmente, al reforzamiento de la vigilancia tanto en las costas españolas comoen las marroquíes.
El pasado 8 de octubre, el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, anunció tras entrevistarse con las autoridades marroquíes, que el Gobierno alhauita se había comprometido a establecer una rigurosa vigilancia en sus costas para impedir la salida de las pateras.
Desde esa fecha, patrulleras de la Armada marroquí comenzaron a vigilar las costas de ese país, mientras que por tierra, la policía estableció un riguroso control de las playas de donde salían las pateras. A esto se unió el reforzamiento de la vigilancia en las costas españolas con el inicio del despliegue de la Guardia Civil del Mar. Sus cuatro patrulleras, reforzadas por helicópteros de la Policía y del Centro de Control y Salvamento Marítimo de Tarifa, interceptaron numerosas pateras antes de que tomaran tierra y consiguieron detener además a 6 barqueros.
Paralelamente, otra de las medidas adoptadas fue la de agilizar las repatriaciones, que en algunos casos presentaban dificultades al no facilitr los detenidos sus identidades verdaderas y su procedencia, mediante un acuerdo con Marruecos para devolver a quienes procedieran de dicho país, cualquiera que fuera su nacionalidad.
La vigilancia de las costas logró cortar la riada de inmigrantes ilegales que desembarcaban en las costas de Cádiz, más intensamente en los meses de septiembre y principios de octubre.
Tan sólo entre los días 26 y 28 de septiembre llegaron unas ocho pateras con más de 175 inmigrantes a las costas de Tarifa, aunque catro de ellas naufragaron y más de 50 jóvenes desaparecieron o fueron encontrados muertos en el mar.
El riesgo a perder la vida no fue un impedimento para que cada día un gran número de inmigrantes ilegales, en su mayoría varones jóvenes, intentasen la travesía en busca del "paraíso" europeo.
Sin embargo, desde 1991 hasta la fecha, un total de 450 jóvenes encontraron la muerte en el Estrecho al naufragar las débiles embarcaciones en las que lo cruzaba.
Las intensas investigaciones realizada por la Guardia Civl y por la Policía española dieron como resultado la localización de las redes delictivas que "comerciaban" con los inmigrantes ilegales.
Una de ellas era una organización que se dedicaba a trasladar por carretera desde el Campo de Gibraltar hacia el interior del país utilizando furgonetas con matrícula italiana. Varios de sus conductores fueron interceptados y un total de 30 inmigrantes ilegales fueron localizados.
El principal problema que provocó la avalancha de inmigranteslas autoridades españolas fue el reternerlos en centros de acogida hasta que se procedía a su repatriación. En los meses de agosto, septiembre y octubre, los centros de retención de Algeciras y Tarifa estuvieron repletos, por lo que las autoridades tuvieron que proceder a alojar a los detenidos en cuarteles de la Guardia Civil y calabozos de las comisarías.
La bajada de los viajes de las pateras han hecho descender el número de retenidos que en la actualidad esperan su repatriación: el centro de Taria cuenta ahora con sólo 12 inmigrantes pendientes de ser devueltos a sus lugares de origen y que fueron detenidos a principios de noviembre.
De acuerdo con el procedimiento establecido, en caso de no poder ser repatriados por dificultades de identificación, los inimgrante permanecen hasta 40 días en los centros españoles, hasta que se les entrega un documento de expulsión y quedan en libertad. En estos casos, suelen quedarse en España.
Este es el caso de Mohamed Abrasí, con el que Servimedia contctó a principios del mes de octubre. Mohamed manifestó que tenía la dirección de unos campos de Almería donde podría trabajar sin necesidad de documentación.
La esperanza de un puesto de trabajo en España hicieron a Mohamed reducir al mínimo su comida durante varios meses para poder ahorra el dinero suficiente con el que poder dar el salto del Estrecho: había llegado a España el día antes en una patera a cuyo barquero había pagado 50.000 pesetas por el traslado.
(SERVIMEDIA)
23 Dic 1992
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