Este virus aparece normalmente a finales del otoño y presenta síntomas similares a los de un resfriado. Sin embargo, puede hacer que los menores de un año lo sufran con mayor intensidad”, señalaron ambas sociedades científicas en un comunicado.

Se estima que un 2% de los niños menores de un año que presentan VRS tienen que ingresar en el hospital. De ellos, los menores de seis meses y sobre todo de tres meses, tienen un riesgo más elevado de presentar un cuadro grave e ingresar en la UCI.

"Este año estamos teniendo una gran incidencia de casos de VRS por lo que los más importante es detener su expansión, especialmente en los menores", indicó la coordinadora del área de Neumología Pediátrica de la Separ, Verónica Sanz.

En este sentido, para detener la avalancha de casos en urgencias, los especialistas insistieron en la adopción de cuatro medidas preventivas. En primer lugar, se recomienda que los niños mayores de seis años con síntomas respiratorios lleven mascarilla.

De otro lado, en caso de presentar sintomatología, hay que respetar la distancia social de 1,5 metros. Es importante que se eviten las visitas a los menores de tres meses si se presenta algún tipo de síntoma.

Por último, desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica y la Sociedad Española de Neumología Pediátrica advirtieron de que “ante cualquier síntoma respiratorio o catarral los menores no deben acudir a las guarderías y escuelas”, puesto que suelen ser uno de los sitios donde se producen más contagios.

"Como sociedad tenemos que cuidar la salud de los niños pequeños. Entendemos que todos debemos ser conscientes de ello y actuar en consecuencia, igual que lo hicimos en el pasado para proteger a las personas mayores", concluyó la doctora Verónica Sanz.