De esos morosos, 874.700 millones corresponden a la banca privada, 585.900 millones a las cajas de ahorros, 54.000 millones a las cooperativas de crédito y 49.400 millones a otras entidades del sistema crediticio.

El mayor aumento fue el registrado por la banca privada, de un 56,1 por ciento (314.400 millones), mientras que en las cajas de ahorros el incremento fue del 26,1 por cien (121.400 millones) y en las coperativas de crédito de sólo el 5,9 por cien (3.000 millones).

No obstante, el dato de diciembre refleja una fuerte ralentización del crecimiento de los morosos en el conjunto del sistema crediticio, ya que sólo se incrementaron en 5.900 millones de pesetas, la mejor cifra desde el descenso absoluto registrado en noviembre de 1990.

Este cambio de tendencia fue particularmente acusado entre la banca privada, donde los créditos morosos disminuyeron en 16.900 millones de pesetas, dato sin precedente en 1991. También disminuyeron en las cooperativas de crédito, en 4.500 millones, mientras que aumentaron en las cajas de ahorros, en 21.100 millones.

El aumento de los créditos morosos (los no devueltos a los 90 días de su vencimiento) registrado en 1991 supera incluso al de 1990, ejercicio en que crecieron en 308.700 millones de pesetas y superaron por primera vez la barrera del billón.

Tanto la Asociación Española de Banca Privada (AEB) como la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA)consideran que la morosidad no se encuentra en niveles alarmantes, y que su encaje mediante los fondos de provisión para insolvencias es suficiente.

Ambas organizaciones reconocen, sin embargo, que la necesidad de aumentar esas dotaciones ha repercutido negativamente en los beneficios obtenidos por bancos y cajas durante 1991, al reducir los fondos prestables y, por tanto, el volumen de negocio.

Bancos y cajas han tomado medidas para reducir la morosidad, como el nombramiento de directivos especíicamente dedicados a esa área, lo que podría estar ralentizando la inversión crediticia, según el último análisis difundido por la Subdirección General de Estudios de Banesto.

Los expertos de Banesto, tras señalar que el crédito al sector privado sólo creció el pasado mes de enero un 5 por ciento, apuntaban como una posible causa el "endurecimiento de las condiciones crediticias".

DEUDAS A LA VISTA

Por otra parte, el sistema crediticio también vio aumentar en 1991 sus deudas a la vista, compuesas, entre otras rúbricas, por los descubiertos en cuentas corrientes y los préstamos pendientes de cobro que todavía no se han convertido en morosos, al no haber pasado los tres meses preceptivos.

Las deudas a la vista por estos conceptos se situaron en 2.066.100 millones de pesetas, 266.100 millones más que a finales del 90, después de aumentar tanto entre los bancos privados como en las cajas de ahorros.

En el caso concreto de los préstamos vencidos y no pagados durante un periodo inferior a trs meses, los bancos tienen clasificados en este apartado préstamos por un importe total de 570.100 millones de pesetas, 171.900 millones más que en el 90.

Los créditos de estas características contabilizados por las cajas de ahorros son 119.900 millones de pesetas, lo que supone un aumento de 3.100 millones sobre 1990.