El sistema se hace cargo automáticamente de la conducción del vehículo, del cambio de carriles y el control de la velocidad comparándola con la de otros coches.

Según el inventor, el profesor Frank Heimes, del Instituto Fraunhofer de Información y Proceso de Datos, su objetivo es facilitar la conducción en situaciones complejas de tráfico como las de las grandes ciudades, especialmente para las personas con discapacidades.

El método utilia dos cámaras de vídeo situadas fuera del vehículo que registran los movimientos de los otros coches. La información es trasladada a dos chips que reconocen los coches, los peatones y cruces de tráfico, comparándolos con modelos en tres dimensiones. Si es necesario, la conducción se ajusta automáticamente, aunque el conductor podría controlarla en cualquier momento pisando un pedal.

Es difícil que el prototipo sea utilizado en un futuro porque es demasiado grande para caber en un coche. Además, la bas de datos sólo contiene carreteras de un determinado ancho.