Algunos de los ayuntamientos afectados, entre los que figuran los de Pina, Osera, Nuez, Villafranca y Gelsa, anunciaron quepresentarán una querella criminal contra la empresa que, en su opinión, provocó la contaminación, la papelera La Montañanesa, a la que acusan de lanzar al río residuos tóxicos durante más de diez horas, a causa de una avería en su depuradora, de la que no avisó a las instituciones competentes.

Julián Bermejo, alcalde de Pina del Ebro, anunció hoy que el ayuntamiento, en representación de sus vecinos, va a interponer las demandas o querellas criminales que sean necesarias, "contra el causante de estos esastres, que para mí ya no han sido una avería, sino un atentado al medio ambiente, un atentado contra las personas".

La papelera no dio cuenta a las autoridades de la avería, lo que, según portavoces de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y de la Delegación del Gobierno en Aragón, "constituye una falta muy grave que podría tener consecuencias penales".

El presidente de la CHE, Antonio Aragón, señaló que trasladará toda la información al fiscal, por si, además de esas faltas, existe algn otro tipo de delito.

La papelera La Montañanesa ha protagonizado en varias ocasiones accidentes similares. Hace tan sólo unos meses, un escape de cloro provocó heridas a un trabajador y todo el pueblo de Montañana resultó afectado por los gases tóxicos.

Lo ocurrido ahora resulta todavía más grave, ya que se produce en medio de los avisos a toda la población para que se tenga cuidado con los vertidos, especialmente peligrosos por el escaso caudal de los ríos, por la sequía.

El delegado del obierno en Aragón, Carlos Pérez Anadón, aseguró, por su parte, que "se va a actuar con toda la dureza que permita la legislación".

Entre tanto, el director de La Montañanesa, José Manuel Collados, desmentió en rueda de prensa que la papelera haya sido la causante de esos vertidos y aseguró que su industria no vierte nitritos ni amoniacos, principales sustancias detectadas en el Ebro.

La contaminación del cauce del río por los vertidos tóxicos de la papelera persistían hoy, a pesar del aumento delcaudal del Ebro con agua procedente del Canal Imperial, de Tauste y del embalse de Arguís, medida con la que los técnicos tratan de rebajar los índices de contaminación.

La situación ha provocado numerosos problemas de higiene y limpieza en las poblaciones afectadas. Los riegos a los campos están suspendidos y hay dificultades para el abastecimiento de las franjas.

Los camiones-cisterna siguen llevando agua a los vecinos, aunque desde ayer, domingo, disponen de dos horas de agua corriente para failitar el aseo personal, con agua que no es apta para el consumo humano. Dos personas que bebieron ayer en Osera resultaron intoxicadas.