Este fue el mensae de la carta del prelado donostiarra leía ante miles de personas en la tarde de hoy, durante el funeral del concejal del PP José Ignacio Iruretagoyena, asesinado el viernes por ETA.

En un comunicado que dice estar lleno de palabras que brotan de un profundo sentimiento de dolor, amargura e indignación, Setién hace también un nuevo llamamiento a la búsqueda de caminos para instaurar una paz definitiva en Euskadi.

Durante el funeral celebrado en euskera y castellano en la iglesía Santa María la Rel, con el cuerpo presente del concejal del PP asesinado, decenas de miles de personas seguían la ceremonia dentro y fuera del templo, cuya planta se encontraba atestada de personas.

Desde media hora antes de iniciarse la misa no cabía un alfiler en la iglesía designada para llevar a cabo el funeral, a donde el cuerpo del edil asesinado por ETA había sido trasladado en un coche fúnebre.

En los primeros bancos del templo había dos grupos. En uno la viuda, padres y hermanos de José Ignacio Iruretagoena, y en el otro, miembros de todas las fuerzas políticas democráticas del País Vasco, como el presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo; miembros del Consejo de Ministros salvo el presidente del Gobierno; el presidente vasco, José Antonio Ardanza; el presidente del PP en Euskadi, Carlos Iturgaiz, y el alcalde de Zarauz, Imanol Murua.

Tras el funeral, el féretro del edil del PP asesinado partió en un coche fúnebre de entre los miles de personas concentradas que habían seguido en el exerior el oficio religioso con un impresionante silencio, para recibir sepultura en el cementerio de la localidad.