A su juicio, el pueblo vasco tampoco quiere "que su más queridos ideales queden manchados con el vituperio de unos caminos de muerte que llenan de suciedad a quienes lo realizan".

Varios cientos de personas asistieron esta tarde a los funerales en memoria del ertzaina Ramón Doral, asesinado ayer por ETA, que se celebraron en la Iglesia Nuestra Señora del Juncal de Irún.

Al acto religioso asistieron, además de la viudad de Doral, Cristina Sagarzazu, y susdos hijos mayores Ion e Iker, el lehendakari José Antonio Ardanza y varios de sus consejeros; el presidente del Parlamento vasco, Joseba Leizaola; y numerosos representantes de los partidos políticos y de la Policía Nacional, Guardia Civil y Ertzaintza. Una multitud de ciudadanos no pudó acceder a la parroquia, por lo que escucharon el servicio religioso por megafonía.

La misa concelebrada por ocho sacerdotes fue presidida por el párroco Ignacio Zabaleta, quien dio lectura al escrito titulado "Con pen e indignación, pero con dignidad", enviado por el obispo de San Sebastián, José María Setién, en el que expresaba sus condolencias a la familia de Ramón Doral, y condenaba el atentado "cobarde y cruel que acabó con su vida".

Durante la ceremonia, el portavoz del PNV, Joseba Eguibar, leyó un poema en euskera, en recuerdo del que fuera su amigo y compañero de militancia desde su juventud.

El acto, largo y emotivo, finalizó con la entonación de la canción en euskera "Letoan artu ta segui aurrera (Cgete por los hombros y sigue adelante)", dirigida también por Joseba Eguibar.