Biodiversidad
SEO/BirdLife urge a salvar el urogallo, el sisón común y la alondra ricotí, declarados en peligro de extinción
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La organización ambiental SEO/BirdLife urgió este miércoles a “la acción” para salvar al sisón común y la alondra ricotí, dos especies de aves muy ligadas a planicies abiertas declaradas oficialmente por el Gobierno en peligro de extinción en toda España, así como el urogallo común u occidental, que también cuenta con esa misma categoría de amenaza.
Esta decisión, en vigor desde el pasado sábado tras ser publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y adoptada de forma coordinada por el Gobierno de España y de las comunidades autónomas, reconoce “el pésimo estado de conservación que la comunidad científica venía reportando desde hace años para estas especies”, según SEO/BirdLife.
Esta ONG ambiental destacó que declarar una especie en peligro de extinción “no es ni una meta, ni un éxito”, sino “una llamada a la acción urgente para frenar el declive de ambas aves”.
El sisón común y la alondra ricotí son aves vinculadas a cultivos de secano de cereal y a prácticas tradicionales como los barbechos o la ganadería ovina en extensivo de pastizales áridos y son desde el pasado sábado especies en peligro de extinción, al igual que el urogallo común u occidental.
Por ello, consideró necesario aprobar los preceptivos planes autonómicos de recuperación de estas especies y detener “la progresiva desaparición de los mal llamados secarrales” -su hábitat prioritario-, actualmente amenazados por la extensión de cultivos leñosos y modelos de agricultura industrial, mediante la simplificación del paisaje y uso intensivo del agua y agroquímicos, y la construcción de infraestructuras –entre otras, instalaciones de energía renovable- sin la adecuada planificación.
EVIDENCIA CIENTÍFICA
SEO/BirdLife, junto con la comunidad científica, ya había certificado la necesidad de revisar al alza el grado de amenaza del sisón común y la alondra ricotí, hasta ahora consideradas en situación vulnerable.
En el caso del sisón, cuyas poblaciones se concentran en un 87% en la Meseta Sur y Extremadura, se constata una reducción de ejemplares muy superior al 50% en 10 años y de más del 68% entre 1998 y 2018.
Los investigadores prevén que este declive siga en aumento, con proyecciones que llegan al 75%, lo que resultaría en la desaparición del sisón común en España a medio plazo. Por ello, SEO/BirdLife solicitó formalmente en 2020 al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico su catalogación como especie en peligro de extinción.
La alondra ricotí, o rocín atraviesa una situación igualmente crítica. España es el único país europeo con ejemplares de la especie, la mayoría concentrados en Aragón, Castilla y León y, en menor proporción, Castilla-La Mancha. Se observa una disminución de sus poblaciones en torno a un 40% en 10 años, acompañada de una reducción de su área de distribución en la Península Ibérica, que ha menguado en un 44% aproximadamente.
FALTA DE ACCIÓN PÚBLICA
Ambas especies comparten la amenaza global de la pérdida del modelo agropecuario más tradicional, basado en una agricultura de cereal de secano y la ganadería extensiva de ovina sobre pastizales y rastrojos.
Esto supone la pérdida y deterioro de sus hábitats debido, fundamentalmente, a la transformación de las agroestepas cerealistas en superficies de cultivos leñosos o intensivos de regadío, así como al abandono de cultivos y de prácticas agrarias tradicionales, como es el caso de los barbechos o el mantenimiento de linderos, y, por otro lado, la matorralización o pérdida de los pastizales áridos más asociados a la alondra ricotí.
A la habitual expansión de infraestructuras industriales y de transporte, en los últimos años se ha identificado un nuevo uso del suelo con la construcción de instalaciones renovables solares y eólicas, que amenaza los espacios favorables para las especies, dado que, por regla general, los secarrales son tierras más baratas y más propicias para la instalación de fotovoltaicas.
De hecho, los investigadores que siguen la evolución de las especies consideran que una mala planificación del despliegue renovable, sin tener en cuenta dónde se alimentan y se reproducen estas especies, puede suponer un peligro crítico para algunas aves.
Otro punto clave para la comunidad científica es la necesidad de mayor acción por parte de las administraciones públicas, especialmente las comunidades autónomas, que son las instituciones con mayores competencias para la conservación de ambas especies.
En ambos casos, la primera acción que recomendó SEO/BirdLibe es ampliar el número de espacios protegidos favorables para la especie o ampliar los existentes. En concreto, esta ONG consideró fundamental ampliar el número de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), una de las categorías de protección dentro de la Red Natura 2000, la red de áreas protegidas de la UE.
Además, esta organización recalcó que las comunidades autónomas y el Gobierno de España debían haber puesto en marcha las correspondientes estrategias y planes de conservación para las dos especies, un paso obligado cuando un taxón es declarado como vulnerable, pero la mayor parte de las regiones con presencia de la especie no cuentan con este instrumento.
UROGALLO
Por otro lado, el urogallo común u occidental (antes urogallo pirenaico y urogallo cantábrico) es desde ese sábado una especie en peligro de extinción. SEO/BirdLife urgió a aprobar la Estrategia de Conservación del Urogallo en el ámbito estatal y que comunidades autónomas como Asturias aprueben el correspondiente plan de recuperación, que no cuenta con esta herramienta de conservación a pesar de que hace más de 20 años que la especie entró en esta categoría en territorio asturiano.
La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, indicó que “la declaración del sisón y de la alondra ricotí como en peligro de extinción es la constatación de varios fracasos: en la protección de especies, en la implantación de modelos de agricultura y ganadería buenos para la biodiversidad y en asegurar una planificación renovable compatible con la naturaleza”.
“Estamos llegando al punto de no retorno, ese en el que tendremos que admitir que nuestros hijos y nietos no verán nunca más aquellas aves que poblaban los paisajes de nuestra infancia. La pérdida de sisones o de alondras ricotí es una señal de alarma sobre el empobrecimiento del campo en España. Su recuperación puede constituir una oportunidad inmejorable para reconducir esta deriva”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
12 Abr 2023
MGR/gja