A juicio de SEO/BirdLife, esta medida no sólo es beneficiosa, sino que debería servir de ejemplo para otras ciudades españolas en las que existe una excesiva población de palomas.

Respecto a los posibles ataques de halcones a personas, un de los argumentos que se ha utilizado en contra de la reintroducción, los ecologistas afirman que nunca se ha registrado un ataque de un ave de estas características, que tienen miedo y evitan la proximidad de los humanos.

Por otro lado, SEO/BirdLife afirma que un halcón se alimenta de una paloma al día, por lo que difícilmente se podrían producir grandes masacres de palomas en Barcelona. Sin embargo, su presencia puede intimidar en gran medida a la población de palomas y puede servir como factor disasorio e influir en su éxito reproductor. De este modo, disminuiría el impacto que producen sobre la arquitectura de la ciudad.

Respecto a la posible incidencia sobre las palomas mensajeras, otro de los argumentos utilizados por los colectivos contrarios al proyecto, la organización aclara que el halcón peregrino, como cualquier otro predador, captura a las aves más débiles, como estrategia de ahorro de energía. Además, el número de palomas mensajeras es muy reducido en Barcelona, por lo que la mortaldad resultaría insignificante.

"Los propietarios de palomas mensajeras deberían temer mucho más a los cazadores de paloma torcaz, que disparan sobre cualquier tipo de paloma y que podrían matar a las mensajeras cuando éstas van de viaje", afirman en un comunicado.

Según la organización ecologista, aunque actualmente se han soltado diez parejas de halcones en Barcelona, ello no implica que todas ellas se instalen definitivamente en la ciudad, ya que un territorio como la Ciudad Condal podría acoge, como mucho, a unas tres o cuatro parejas reproductoras, debido a la gran territorialidad del halcón peregrino.

Finalmente, SEO/BirdLife recuerda que históricamente el halcón peregrino nidificaba en la ciudad de Barcelona y su desaparición hace unas décadas fue responsabilidad exclusiva del hombre, mediante el expolio de los nidos y las molestias que causaba a esta población de aves.