El veto contó con 131 votos favorables de 126 senadores del PP, 4 de CiU, y uno del Mixto (PAR); 119 votos en contra del PSOE, Entesa Catalana de Progrés, PNV, CC y resto del Mixto (IU y BNG), y dos abstenciones de otros tantos senadores de CiU.

La aprobación de este veto motivó que no se haya introducido enmienda alguna, por lo que el texto se remite al Congreso de los Diputados con el citado veto y con la misma literalidad con la que salió de la Cámara Baja.

Jordi Casas, senador de UDC, grupo que junto con Convergencia i Unió integra CiU, recordó, al defender su veto, que su formación entiende el matrimonio "como la unión estable y comprometida entre un hombre y una mujer".

"Una institución", añadió, "fundamentada en la alteridad, la diferencia y la complementariedad entre la mujer y el hombre, lo que la convierte en el ámbito más estable y comprometido de procreación, cuidado y educación de los hijos".

Además, recordó que el Consejo de Estado dictó un informe en diciembre de 2004 que considera como uno de los elementos inherentes al matrimonio lo que se ha llamado el principio de heterosexualidad.

Casas, que abogó por la unión civil para regular las uniones de las parejas del mismo sexo, rechazó que los matrimonios de homosexuales puedan adoptar, porque todo niño tiene derecho a tener un padre y una madre. "Se trataría de reproducir el hábitat natural", sentenció.

NO DISCRIMINACION

Por su parte, la senadora del PP Rosa Vindel defendió el veto de su partido, aunque éste no se llegó a votar al ser aprobado previamente el de UDC, y recalcó que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.

Vindel dijo que el PP está de acuerdo en acabar con la "discriminación" que supone la no regulación de la convivencia entre homosexuales. En este sentido, lamentó que el Gobierno haya elegido el matrimonio entre gays como fórmula para regular estas uniones, "cuando se podía haber elegido cualquier otra mucho más pacífica, menos controvertida y más acorde con nuestro ordenamiento".

Recordó que este proyecto del Gobierno "ha merecido informes desfavorables del Consejo de Estado, del Consejo General del Poder Judicial, así como de cuatro religiones asentadas en España".

"El Grupo Popular veta este texto porque considera que la institución del matrimonio está reservada al hombre y a la mujer, tal y como proclama el artículo 32 de nuestra Constitución", concluyó.

Finalmente, Vindel rechazó que los matrimonios gays puedan adoptar, porque se priva al niño del hecho biológico de tener un padre y una madre.

Por su parte, el senador José María Mur, del Partido Aragonés, justificó su voto a favor de los vetos presentados por su coincidencia con la exposición planteada por el senador Jordi Casas y por entender que matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.

LEGALIZAR

Por su parte, el senador del PSOE Antonio Díaz aseguró que este proyecto del Gobierno "trata de elevar a legal lo que ya es real en España", la convivencia de parejas homosexuales. "Hoy tenemos la oportunidad de escribir esa página de hacer más justo e igualitario el derecho", añadió.

"Esta ley no va contra nadie", resaltó Tejera, quien argumentó que la Costitución garantiza el principio de igualdad, una igualdad de la que ahora no disfrutan los homosexuales en cuanto a la posibilidad de contraer matrimonio.

Además, Díaz dijo a la senadora Vindel, que previamente le recordó que los senadores socialistas Francisco Vázquez y Mercedes Arzo rechazan este proyecto, que las diputadas populares Celia Villalobos y María Pía lo apoyaron en el Congreso de los Diputados.

El senador socialista concluyó que el matrimonio homosexual da respuesta "a una deuda que tenemos con miles y miles de españoles".

La senadora Isabel López, de IU, aseguró que rechaza los vetos presentados por PP y CiU porque el matrimonio entre homosexuales amplía el concepto de familia y no va contra nadie. Además, pidió a los senadores socialistas Vázquez y Aroz que renuncien a su escaño por haber expresado su rechazo a esta iniciativa del Ejecutivo.

Lluís Badía, que fijo la posición de Convergencia Democrática de Cataluña, integrada en CiU, señaló que este proyecto "es un tema polémico que no lo debería ser". Estamos hablando de igualdad.

Aclaró que su grupo consideró necesario dar libertad de voto en esta cuestión. De hecho, cuatro senadores votaron a favor del veto de UDC y dos se abstuvieron.

Finalmente, la senadora del PNV Elena Etxegoyen quiso dejar claro que el matrimonio civil no tiene nada que ver "con el matrimonio canónico", por lo que no cabe la oposición a esta denominación en la unión entre homosexuales.

Tras el veto del Senado, ahora la ley vuelve al Congreso, donde será necesario que la mayoría absoluta de los diputados (176) levante el rechazo a la norma impuesto por la Cámara Alta.El debate se producirá en el último pleno del actual periodo de sesiones, que se celebrará el próximo 30 de junio.