A juicio de las fuentes consultadas, la impresión que ha podido traslucirse de las Paralimpiadas, con la aparición constante en los medios de comunicación de nuevos avances tecnológicos que usaron lo deportistas, puede haber creado una imagen falsa, al hacer creer que todos esos artículos están al alcance de cualquier persona con alguna discapacidad.

"La imagen que se crea es distorsionada, porque la realidad es bien distinta y el minusválido accede con dificultad a los útiles ortopédicos", señaló Josefa Alvarez, directiva de Tecnicaid, empresa dedicada a ayudas técnicas.

En su opinión, esto es consecuencia de la situación actual del sector ortopédico y de ayudas técnicas. "Al carecer de reglación, los ortopédicos no tienen título, sino diplomitas, lo que encarece el producto, pues existen pocos profesionales que sepan".

Una situación idéntica es la que refleja un estudio de la Cocemfe (Confederación Española de Minusválidos Físicos), realizado en 1989 y titulado "El mercado español de ayudas técnicas". El informe señala que "el sector empresarial es, en su conjunto, opaco y además se ha mostrado, en general, escasamente colaborador en la realización del presente trabajo".

"No obstate, este mercado, antes incluso de tener una regulación, necesita una escuela de formación para las personas que trabajan en este tipo de empresas", especificó Alvarez.

La citada formación debería ser exigida, a su juicio, a las personas que venden determinados productos para minusválidos, en particular los que requieren unos conocimientos técnicos concretos para su buen uso.

NO HAY REGULACION

De la misma opinión es Félix Rouco, director general de Establecimientos Ortopédicos Prim, empresa punera del sector, quien reconoció que "realmente no hay regulación y que nunca le ha interesado a la Administración".

Rouco recordó los dos intentos que se han hecho para regular el sector ortopédico y de ayudas técnicas -en 1964 y en 1982-, sin que en ninguna de las dos ocasiones se consiguiera la regulación, de lo que culpó al Ministerio de Educación. Agregó que los podólogos, "que tocan bastante menos parte del cuerpo que nosotros", son universitarios y disponen de escuela independiente.

Una de as escasas vías de acceso a esta profesión es ir aprendiendo en talleres ortopédicos y, con el tiempo, la experiencia es la única que concede titulación. En la actualidad, cualquier persona física o jurídica que quiera abrir una empresa ortopédica puede hacerlo sin más control que el fiscal.

El negocio ortopédico, que tiene como principalmente cliente al Insalud, mueve más de 20.000 millones pesetas anuales, aunque, según Rouco, las cifras reales no se conocen. "Todo es muy oscuro, porque ni la propiaAdministración tiene datos. El Insalud no conoce en estos momentos lo que dedica a ortopedia y ayudas técnicas", puntualizó.

Otra de las lacras del mercado español de materiales para discapacitados es, a juicio de Tecnicaid, que el nivel tecnológico del sector de ayudas técnicas "está en pañales". Josefa Alvarez puso como ejemplo el mercado de las sillas de ruedas. "Aquí sólo se hacen de hierro y acero cromado, mientras las más usadas por jóvenes y personas minusválidas que trabajan son, por su menor eso, las de aluminio, que son de importación".

A pesar de que son varios millones los potenciales usuarios de estos productos en España, "en nuestro país tampoco existe investigación, aunque se vislumbra el comienzo", precisó. Las ayudas técnicas son utensilios y herramientas variados que facilitan el acceso o la movilidad de personas con limitaciones.

El objetivo de estos productos es suplir, mediante la técnica, las carencias de una persona, para que pueda acceder, comunicarse o relacionarse co su entorno: silla de ruedas, bastón, grúa para acceder de la silla a la cama, asientos adaptados a la bañera, teléfono para sordos, lupas de aumento para personas con muy poca visión, "pasapáginas" electrónico, etc.

Según las asociaciones de afectados, los minusválidos se encuentran con otro obstáculo para acceder a los últimos avances ortopédicos: la sanidad pública, que concede poca ayudas para adquirir estos útiles.

Los representantes del sector indicaron que además de no conceder el cien porcien del coste de un producto, "cuando la Administración te da algo, no siempre es lo más conveniente. Si se concede una silla de ruedas es la de siempre, metálica y con asiento de plástico, que no cabe por ninguna puerta debido a su anchura. En verano te asas por el calor y en invierno cuando te sientas está helado", dijo una representante de Tecnicaid.