El sindicato alertó de que los profesionales sanitarios ya “están totalmente saturados, exhaustos y sobrecargados”. Satse señaló, tras un análisis realizado por comunidades autónomas, que desde el pasado junio se han vuelto a establecer “cierres programados y progresivos de camas, consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas” en los centros hospitalarios españoles que se mantendrán los meses de julio, agosto y septiembre.

Según los datos recabados por el Sindicato de Enfermería, está previsto el cierre en verano de, al menos, 8.594 camas en toda España. Satse señaló que se trata de una cifra global “a la baja”, ya que en distintos centros y servicios no han querido dar los datos, “argumentando que dependerá de la evolución futura de la situación”.

Por comunidades autónomas, en Madrid se cerrarán, al menos,1.800 camas, según el sindicato; en Andalucía 1.400; 1.000 camas públicas en Cataluña; 900 en Euskadi; 726 en Galicia, 500 en Aragón y 380 camas en Asturias. En lo que respecta a Castilla y León, la previsión es de 466 camas menos; en la Comunidad Valenciana son unas 400 camas y en Extremadura, 200. En Castilla-La Mancha, el cierre previsto afecta a 200 camas; en la Islas Baleares son 170; en Murcia, 150 camas van a ser cerradas; en Cantabria, 148; en Navarra, en torno a 100 camas, y 54 en La Rioja. En Canarias no está previsto inicialmente el cierre de camas.

Satse subrayó que el cierre de camas y la suspensión de miles de consultas externas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas “es algo especialmente grave, en estos momentos, cuando la séptima ola de covid-19 está generando un progresivo incremento de la presión asistencial”, tanto en urgencias, plantas y UCI. Además, denuncia que las listas de espera en todos los servicios de salud se han “disparado” a consecuencia de la pandemia.

Asimismo, estimó que el cierre de estas 8.594 camas supondrá la pérdida de más de 773.460 estancias hospitalarias, lo que se suma a las más de 706.000 personas esperando ser operadas en la sanidad pública, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad, "la peor cifra registrada desde 2003”.

“Cerrar camas conlleva que en los hospitales no se puede garantizar una atención y cuidados óptimos al conjunto de la ciudadanía que, lógicamente, también enferma y tiene problemas de salud en verano que no pueden esperar a después de septiembre”, concluyó el Sindicato de Enfermería.