Los cortes de la línea férrea afectaron a nueve trenes de viajeros, tres de mercancías y dos de correo, que acumularon retrasos de hasta cuatro horas.

Los expresos de Irún, Sierra Nevada, Costa del Sol, Costa de la Luz, Gibraltar y Estrecho, con 1.200 pasajeros, fueron retenidos por unos quinientos empleados de Santana, que permanecieron sentados sobre los railes hasta las seis de la madrugada.

Los trabajadores corearon lemas contra la Administración y contra la dirección de la multinacioal Suzuki, y finalmente se disolvieron sin necesidad de que interviniesen los efectivos de las fuerzas de seguridad que se desplazaron hasta la estación.

A continuación, bloquearon las carreteras entre las once y la una de la tarde, y durante ese tiempo no dejaron entrar ni salir a nadie, salvo las ambulacias y otros servicios de urgencias. Para cortar las carreteras, usaron neumáticos ardiendo. La policía no intervino.