Sahito, que expuso en un hotel de Madrid a los líderes del Metal de UGT y CCOO y al comité de empresa de Santana Motor las líneas generales de su plan alternativo al cierre de la factoría, explicó que las instalaciones de Linares no serán viables mientras no se reduzca la plantilla un 60 por cien, es decir, más de 1.400 personas, para lo que harían falta unos 11.000 millones de pesetas en concepto de indemnizaciones.

Los dirigentes sindicales mostrarn su preocupación por el futuro de Santana al término de la reunión, ante las difíciles condiciones impuestas por el accionista mayoritario para mantenerse al frente de la compañía, y cuyo único compromiso es aportar apoyo tecnológico y comercial para continuar con la actividad y la marca.

Además, la empresa ha dado un plazo de quince días para recibir una respuesta favorable, ya que de lo contrario procederá a la extinción gradual de contratos hasta el cierre definitivo de la actividad en la fábrica ienense.

Por su parte, la empresa hizo público un comunicado tras el encuentro en el que señaló que las cuentas de Santana para 1993, aprobadas por el Consejo de Administración el pasado 17 de febrero, arrojan unas pérdidas de 4.809 millones de pesetas, lo que sítúa los "números rojos" acumulados por la compañía en tres años en 21.000 millones.

Según la dirección de Santana, "esta cifra refleja la difícil situación en que se encuentra", y añade que fue la que forzó la solicitud de suspensión de pgos al día siguiente y que ha sido ya admitida por el juzgado de Primera Instancia de Leganés (Madrid).

El balance hecho público por Suzuki sobre su filial española detalla un activo de 24.574 millones de pesetas, frente a un pasivo de 22.669 millones, de los que 19.337 millones corresponden a deudas a corto plazo.

Asimismo, Suzuki reitera que, tras su última aportación de fondos por importe de 5.271 millones de pesetas para enjugar las pérdidas de 1993 y las de los primeros meses de 1994, "no esá en condiciones de efectuar nuevas aportaciones".

La multinacional japonesa considera que "con la última inyección de fondos se ha evitado una vez más una situación patrimonial de quiebra técnica", pero insiste en que "Santana Motor deberá afrontar su futuro más inmediato con sólo sus propios recursos financieros".