Este protocolo, cuyo borrador presentó hoy Salgado a las comunidades en el marco del Consejo Interterritorial de Salud, quiere obligar a los facultativos a incluir en la historia clínica de sus pacientes la sospecha de malos tratos, cuando la tengan.

Esta medida pretende prevenir "problemas graves de salud", por lo que insta a los profesionales sanitarios a incluir en los historiales de sus pacientes la sospecha de que padecen malos tratos, cuando así lo crean, y a citar a la afectada (está destinado, sobre todo a mujeres) a una segunda consulta a solas con el médico, explicó la ministra.

Elaborado de forma consensuada con las comunidades, el protocolo quiere unificar y mejorar la atención que se ofrece desde los servicios sanitarios de todo el Estado a las víctimas de la violencia contra las mujeres.

Para ello, se dará una orientación práctica al personal sanitario del Sistema Nacional de Salud (SNS) con el objetivo de que pueda ofrecer una atención integral (física, psicológica y emocional) a las mujeres maltratadas que acuden a cualquier centro sanitario.

En esta línea, el documento prevé establecer pautas de actuación homogéneas, con las que se pueda realizar una detección precoz del problema, una mejor valoración y actuación ante los casos agudos y un adecuado seguimiento de las personas afectadas.

RECOMENDACIONES PARA LOS SANITARIOS

El protocolo tiene en cuenta las características de los distintos niveles asistenciales (atención primaria, urgencias y atención especializada) y ofrece a los profesionales de cada uno de estos servicios recomendaciones específicas tanto sobre lesiones como sobre actitudes que puedan hacer sospechar que se encuentran ante un caso de violencia de género.

Al mismo tiempo, da información sobre la normativa vigente en materia de violencia ejercida contra las mujeres y hace un repaso de los recursos a los que se puede derivar a estas mujeres, tanto a nivel nacional como en cada una de las comunidades autónomas.

Además de las recomendaciones que permitirán mejorar la actuación de los profesionales del Sistema Nacional de Salud frente a la violencia de género, el texto incluye un capítulo específico sobre las normas que deben seguirse ante casos de agresiones sexuales, situaciones que tienen implicaciones forenses y legales especiales que deben conocerse en los centros sanitarios y un apartado de evaluación de las actuaciones.

En el borrador se ha incluido también la descripción de un parte de lesiones y de un informe médico o clínico de malos tratos y se dan pautas de prevención de la violencia de género en el marco del SNS.

El protocolo se cierra con un plan de aplicación, que pretende asegurar su desarrollo cohesionado en el SNS y la promoción de contactos entre las distintas comunidades autónomas.