Ses vagones del tren afectado se salieron de la vía alrededor de las 6,30 horas a la altura de Torderas (Barcelona), sin que se produjeran heridos entre las 11 personas (9 pasajeros, el revisor y el conductor) que viajaban en el convoy.

Según explicó el jefe de Relaciones Externas de Renfe en Cataluña, Mariano Palacín, los saboteadores serraron la vía del tren y posteriormente la cubrieron con carbón para disimular la rotura, al tiempo que fabricaban un puente para evitar que sonara la alarma.

Palaín comentó que los saboteadores debieron actuar entre las cinco y las seis de la mañana, ya que el vagón sin pasajeros que recorre la línea a primera hora de la mañana para supervisarla no sufrió ningún percance.

"Hasta el momento, pensábamos que los atentados se llevaban a cabo durante la noche", añadió, para estimar reforzadas las teorías que apuntan a la posibilidad de que los saboteadores sean personas próximas a la compañía ferroviaria, ya que demuestran tener un gran conocimiento del funcionamieto de las líneas.

La Guardia Civil, que vigila las vías durante las 24 horas del día, ha comenzado a investigar en las ferreterías de la comarca para averiguar si los saboteadores han podido adquirir las herramientas que utilizan en locales próximos a la zona.

Este es el tercer sabotaje que se produce en 33 días en esta línea ferroviaria. El primero de los descarrilamientos se registró a la altura de Sant Pol de Mar el pasado 15 de diciembre, mientras que el segundo tuvo lugar el 5 de enero en Magrat de Mar, cuando el convoy atravesaba el puente sobre el río Tordera.

El plan de seguridad elaborado por la compañía ferroviaria y el Gobierno Civil de Barcelona no ha servido para garantizar la seguridad de las vías.

La dirección de Renfe ha comunicado a los usuarios que la línea permanecerá cerrada durante las próximas 48 horas entre Blanes y Tordera, trayecto que podrán cubrir en autobuses que la compañía ofrece de forma gratuita.