Rubianes hace esta afirmación en una entrevista concedida a "El Periódico de Cataluña", recogida por Servimedia, en la que asegura que fue él quien decidió retirar la obra, tras una conversación con la concejal de Las Artes de Madrid, Alicia Moreno.

"Estoy estupefacto. Era demasiado bonito. Me contrata Ruiz-Gallardón, que para mí era la cara amable del PP, en un teatro como el Español, con una obra sobre un gran poeta español, Federico García Lorca, y de repente se monta este cipote, orquestado por la ultraderecha", añade Rubianes.

Señala que ha recibido "amenazas de todo tipo", pero "yo era partidario de tirar adelante. Pero el día de autos, el jueves hablé con Alicia Moreno, concejal de Las Artes de Madrid, y la vi muy mal, muy afectada, y fue ella quien me mencionó que Mario Gas, el director del Español, estaba pensando en dimitir. Así que me dije 'aquí no dimite nadie. Yo me largo'. Alicia y Mario son buenos amigos míos".

Sobre el papel del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, Rubianes sostiene que "supongo que se habrá visto presionado por toda esa campaña dentro de su partido".

Afirma tajante que "a mí nadie me ha echado" y que "yo me despedí". No obstante, admité que, tras su decisión de retirar la obra, "nadie" le llamó para que reconsiderara su idea.

Rubianes expresa su intención de que "Lorca eran todos" se pueda representar en Madrid. "Ahora mi objetivo es que la obra se estrene lo más pronto posible allí", por lo que "buscaremos una sala privada. Esa será para mí la salida a esta pesadilla. He quedado hasta los huevos del rollo oficial".

El director de "Lorca eran todos" desató una fuerte polémica el pasado mes de enero cuando pronunció una cascada de insultos contra España. Hoy admite que "se me fue la boca" con sus palabras, aunque "de lo único que me arrepiento es de no haberlas medido bien".

"Yo hablaba de la España fascista, la que mató a Lorca, y no calculé las repercusiones. Además, qué coño, yo no soy un político. Yo soy un 'pringao' a quien se le calienta la boca como a todo hijo de vecino", sentencia Rubianes.

Aclara, además, que no percibirá retribución alguna por la obra. "Yo me he ido y no cobraré un duro. Que todo el mundo se quede bien tranquilo porque no me he llevado el dinero de los impuestos de los madrileños".