El magistrado interrogó la pasada semana a De la Rosa por una operación de un crédito de 1.500 millones de pesetas aprobada por Grand Tibidabo en favor de Manuel Prado cuando éste ocupaba la vicepresidencia de la sociedad.

El financiero justificó la operación argumentando que Prado avaló el crédito con unos terrenos situados en la localidad de Dos Hermanas (Sevilla) que habían sido tasados en 3.000 millones de pesetas y que, finalmente, quedaro en propiedad de la sociedad al no devolver el diplomático la cantidad prestada.

Sin embargo, estos terrenos han sido valorados por el actual consejo de administración de Grand Tibidabo en unos 600 millones de pesetas.

Por otra parte, Arturo Piñana, apoderado de De la Rosa, declaró hoy ante el juez Aguirre sobre la venta de 34.000 obligaciones de Grand Tibidabo por parte de la sociedad Quail, y aseguró que actuó por orden de De la Rosa o de Santiago Tomeo, que entonces era consejero de Grand Tibiabo y de Quail.

Respecto a la hipoteca en favor del Estado sobre estas oligaciones, Piñana dijo al magistrado, según las mismas fuentes, que no actuó por cuenta propia, sino como apoderado de Quail España, sociedad que también pertenecía a De la Rosa. Añadió que no sabía si estas operaciones fueron autorizadas por el consejo de administración de Quail.