La declaración de Tomeo se basó, según fuentes judiciales, en la operación de venta presuntamente irregular de las acciones de De la Rosa en la clínica New Teknon a Grand Tibidabo.

Tras el interrogatorio, Santiago Tome no quiso hacer declaraciones y abandonó los Juzgados acompañado de su abogado, Francesc Jofresa, en medio de un cordón policial.

El teniente fiscal de Cataluña, José María Mena, y el juez instructor tampoco quisieron declarar nada y se limitaron a comentar que el inculpado quedaba en libertad.

Además de Javier de la Rosa, se encuentran en prisión incondicional su apoderado, Arturo Piñana; su socio, Narciso de Mir, y el presidente de Grand Tibidabo, Joan Cruells, mientras que la esposa del financero, Mercedes Misol, también quedó en libertad después de prestar declaración ante el juez.