En declaraciones a Servimedia, íez rechazó el mensaje de unidad lanzado hoy por el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, quien manifestó, durante la celebración del Aberri Eguna que su partido estaba unido, y se unió a las declaraciones realizadas ayer por el ex lehendakari, José Antonio Ardanza, que puso en duda la validez del pacto autonómico entre PNV y EH.

Díez aseguró que Ardanza "ha puesto voz" a un hecho evidente que comparte "mucha gente del mundo nacionalista", y es que la sociedad vasca demanda "la pluralidad y la convivenia entre nacionalistas y no nacionalistas", hecho que, a su modo de ver, no entiende el PNV.

"Esa senda de radicalidad entre nacionalistas y los que no lo son ni contribuye a la normalización política de Euskadi ni, naturalmente, al fin del terrorismo", remachó.

La dirigente socialista afirmó que Ardanza, aunque no expresamente, dio ayer a entender algo que el PSOE viene defendiendo "por activa y por pasiva" desde que ETA declaró la tregua hace poco más de un año: "Por contra de lo que decían losnacionalistas, esto es, que gracias al acuerdo de Lizarra, ETA había firmado la tregua, lo que había ocurrido era justamente todo lo contrario: que la tregua era ya un hecho desde hacía meses y que para rentabilizar electoralmente los nacionalistas hicieron Lizarra".

CALCULO ELECTORAL

Díez recalcó que "ese cálculo electoral" les ha salido mal a los dirigentes del PNV, por lo que "se han recrudecido todas las posturas del partido, porque había quien no estaba de acuerdo".

A su juicio, la única rflexión válida dentro del PNV es que reconozan que se han equivocado al firmar el Pacto de Lizarra, lo que llevaría, consecuentemente, "a que sus máximos dirigentes, Arzalluz y Egibar, tuvieran que ceder las riendas en la dirección del partido". "Pero claro", prosiguió, "esto provocaría una crisis en el seno del partido".

Por último, Díez reprochó al lehendakari Ibaretxe que proponga, con "palabras huecas", un nuevo foro político que supere al de Ajuria Enea y al de Lizarra y le acusó de ser "prisioneo" de su propio partido.

Defendió la vigencia del Pacto de Ajuria Enea, que "no está enterrado" porque "lo más importante no era la letra, sino el espíritu de consenso".