Según explicó en un encuentro con directivos de Repsol YPF, está claro que la desaceleración de Estados Unidos es muy fuerte y podría llegar a ser una recesión, con su consiguiente efecto en el resto de las economías occidentales.

Desde el punto de vista financiero, la situación "está mejorando", pero "está sobre la mesa todo lo que se ha perdido". Sus efectos, como la mayor dificultad para obtener crédito, "van a continuar por algún tiempo".

"Vamos a un periodo de enfriamiento de la economía mundial", a la vez que crece la inflación. Y esa "es una mala combinación", a su juicio.

Es conveniente, por ello, "tener poca inflación lo antes posible, por lo que sería bueno que los bancos centrales tuvieran una política monetaria estable".