El doctorHerranz, que intervino en un debate celebrado recientemente en dicha universidad sobre el el conflicto en la ex Yugoslavia, añadió que "hay una única ética médica, igual en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Los conflictos bélicos han sido una gran escuela para aprender Medicina. Y los médicos han procurado siempre humanizar la tragedia de la guerra".

En opinión de Gonzalo Herranz, presidente de la Comisión de Deontología del Consejo General de Colegios Médicos, en medio de la confrontación, el méico debe actuar como agente de paz.

"La Cruz Roja", explicó el especialista, "ha sido el signo de neutralidad, de no beligerancia. En medio de la guerra, el médico no es un combatiente. Por eso, que los médicos puedan perpetrar crímenes contra la humanidad es una tragedia moral mucho más grave que las atrocidades que pueda cometer el soldado ordinario".

Para el doctor Herranz, nunca la guerra ha tenido una criminalidad tan específica como ahora en los Balcanes, "donde la psiquiatría ha sido empleda a gran escala como arma de agresión".

"El presidente de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, es psiquiatra, y ha ayudado a crear un programa de agresión psicológica sin precedentes. Se ha recurrido al psicoanálisis para volcar desprecio sobre croatas y bosnios y envalentonar a los serbios, y para hacer aceptables tácticas próximas al genocidio", agregó Gonzalo Herranz.

A su juicio, "la población civil se ha convertido en el principal objetivo de guerra. Aporta, entre muertos y heridos, másdel 90 por ciento de las víctimas de ella. Por vez primera se han aplicado en Bosnia programas de violación sistemática de las mujeres: para favorecer el abandono de los territroios, para crear terror difuso, para mirar la moral de civiles soldados".

"Esta guerra nos muestra que cuando el saber médico es empleado para infligir dolor se convierte en un medio de brutalización sin precedentes", concluyo el doctor Herranz.