Según informó el Ministerio de Defensa, Margarita Robles expresó su apoyo al general Miguel Ángel Villarroya, exjefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) y nuevo gran canciller de la orden de San Hermenegildo, después de que cesara como Jemad hace dos años tras hacerse público que se había vacunado antes de lo establecido en el protocolo.

Villarroya manifestó que la institución que ahora dirige es “muy desconocida y uno de los retos es darla a conocer, porque es una labor importante, de reconocimiento de todo el personal de las Fuerzas Armadas”.

El general de brigada Francisco Sualdea, censor de las reales órdenes, explicó que el año pasado se recibieron 4.174 solicitudes de ingreso o ascenso en la orden militar para sus cuatro categorías: cruz, encomienda, placa (entre 20 y 30 años de servicio) y la gran cruz, para generales con placa de tres años.

MÁXIMA RECOMPENSA

El ingreso en la orden de San Hermenegildo, creada en 1814, es una máxima recompensa en la que se premia la constancia en el servicio con una intachable conducta. Desde 1988, el ingreso en la orden quedó abierto a mujeres y a los suboficiales.

La diferencia con las distinciones de la orden de San Fernando es que esta se creó, en plena guerra de la Independencia para premiar las acciones heroicas y el valor en acto de servicio. En 1958 se concedieron las dos últimas por la campaña de Ifni-Sáhara.

La Cancillería de las Reales y Militares Órdenes está presidida por el gran canciller, que debe ser un teniente general o almirante nombrado por Real Decreto y acordado en Consejo de Ministros.

La Orden de San Hermenegildo es una de las más antiguas entre reales órdenes, junto a la de Carlos III, la de San Fernando y la de Isabel la Católica.