Los barcos que cubran este trayecto tendrán un calado máximo de un metro y una eslora de hasta 50 metros, y podrán alcanzar velocidades de crucero de 15 kilómetros a la hora.

Sus características los hacen especialmente aconsejable a naves dedicadas a la práctica de deportes, el transporte de mercancías en gabarras el ocio o incluso el turismo, a la manera de los barcos restaurante-espectáculo que navegan por los ríos y canales de Francia.

El proyecto fue presentado por la directora de la División de Medio Ambiente de la empresa barcelonesa Talleres de Ingenierías, Gisela Lorán, en el transcurso de una conferencia pronunciada en el Congreso Nacional del Agua, Medio Ambiente y Piscina, que se clausura hoy en Zaragoza.

El estudio llevado a cabo por Taller de Ingenierías prevé la navegabilidad en un tramo de 1 kilómetros, con una anchura entre orillas que oscila entre los 25 y los 40 metros, una profundidad mínima de un metro y medio, y un gálibo (altura máxima que alcanza el punto más alto de la nave) no inferior a los 6 metros, en caso de crecida.

El proyecto ha sido promovido por el Consell Comarcal de Ribera D'Ebre y por la Diputación Provincial de Tarragona. Su ejecución será financiada por la Generalitat de Cataluña y estará adjudicado antes de finales del presente año.