Tráfico
El riesgo de siniestro con víctimas en carretera se triplica a partir de una tasa de 0,3 gramos de alcohol en sangre
- Según un informe de la DGT que apoya la bajada de alcohol al volante

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El riesgo de que haya un siniestro con víctimas en carretera puede ser entre “tres y cinco veces superior” que con conductores sobrios a partir de una tasa de 0,3 gramos por litro (g/l) de alcohol en sangre y, sobre todo, con 0,5 g/l o su equivalente en aire espirado, la tasa actual permitida.
Así lo afirmó ante los medios de comunicación el catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia Luis Montoro y lo desprende un informe presentado este jueves por la Dirección General de Tráfico (DGT), que realizó el Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (Intras) de la Universidad de Valencia y que respalda la medida que está en tramitación parlamentaria de reducir la tasa legal de alcohol al volante a 0,2 g/l en sangre, equivalente a 0,1 miligramos (mg) por litro de aire espirado.
Titulado ‘Recomendaciones para la reducción de la incidencia del consumo de alcohol sobre la siniestralidad a partir del estudio de la situación actual, el análisis comparado de políticas europeas y el conocimiento existente sobre el impacto de diferentes alternativas’, el informe recoge consejos y analiza datos de fuentes oficiales, como la base Arena la DGT, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y la Fiscalía de Seguridad Vial.
Los resultados son “claros”: el alcohol sigue siendo uno de los factores de riesgo más graves y persistentes en la siniestralidad vial. Además de impulsar la medida de reducir la tasa de alcohol permitida legalmente, Montoro aseguró que se necesitan otras medidas “adecuadas de control, de formación y de información y concienciación social” para lograr el objetivo de que no se consuma alcohol si se va a conducir. Igualmente, el catedrático apuntó que los países que bajaron la tasa de alcohol “bajaron también los siniestros”.
Entre 2018 y 2022 se registraron en España 467.117 siniestros con víctimas. De ellos, 18.727 estuvieron directamente relacionados con el consumo de alcohol, lo que supone un aumento del 20,3% en estos años. Además, la presencia de alcohol no solo incrementa el número de víctimas (+16 por ciento) y fallecidos (5 puntos porcentuales más), sino también la gravedad de los siniestros.
El análisis muestra que a estos datos se suman otros, proporcionados por el Instituto Nacional de Toxicología, que reflejan una tendencia preocupante: un número creciente de conductores fallecidos presentaban alcohol, drogas o fármacos en su organismo, y lo mismo ocurre con peatones víctimas de siniestros viales.
Así, el director general de Tráfico, Pere Navarro, que inauguró la presentación del informe, destacó que la propuesta de reducir la tasa máxima de alcohol al volante responde a una demanda ampliamente compartida: “La propia ciudadanía reclamaba avanzar hacia una tasa 0,0 como reflejo de una mayor conciencia social”. También subrayó que la sociedad evolucionó y que actualmente existe un consenso claro sobre la incompatibilidad total entre alcohol y conducción: “Esta combinación no tiene cabida en una movilidad segura”.
Reducir la tasa de alcohol al volante no es solo una medida legal sino que es, “sobre todo, un compromiso moral con quienes perdieron la vida en la carretera” y sus familias. Por ello, llegó el momento de “dejar atrás los debates, ser coherentes con las campañas de concienciación y fijar un límite de 0,1 mg/l espirado que en la práctica equivale a 0,0”, concluyó.
RECOMENDIONES
El estudio, presentado por Montoro y por el responsable de gestión del proyecto, José Ignacio Lijarcio, propone como medida prioritaria la citada reducción de la tasa máxima de alcohol permitida para todos los conductores a 0,10 mg/l de aire espirado, la cual coincide con los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea (UE) y el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC).
Esta tasa ya está implementada en países como Suecia y Noruega, dos de los países europeos que tienen los mejores datos en seguridad vial y siniestralidad, tal y como lo muestran las cifras. Sin embargo, el informe destaca que la bajada por si sola no sería suficiente si no se acompaña de un conjunto de medidas complementarias como el incremento de los controles de alcoholemia, especialmente en zonas urbanas, con una estrategia aleatoria y visible.
Otras medidas son la generalización de los controles de doble prueba (alcohol y drogas), las reformas legales para sancionar de forma más eficaz el policonsumo, la potenciación de campañas de concienciación ciudadana, y/o el fortalecimiento de la educación vial en autoescuelas y programas de reeducación para infractores reincidentes.
El informe también advierte de que la reducción de los límites legales de alcoholemia o el endurecimiento de las sanciones tienen un impacto limitado en el comportamiento de los conductores alcohólicos o de quienes consumen alcohol de forma habitual y excesiva. En estos casos, la disociación entre el consumo y la conducción no se produce por la vía punitiva, sino con programas específicos de reeducación vial y tratamiento sanitario que pueden resultar realmente eficaces para modificar sus conductas de riesgo.
Finalmente, el director ejecutivo del ETSC, Antonio Avenoso, participó también en la jornada y compartió la visión europea sobre esta problemática, destacando la importancia de armonizar políticas “eficaces” contra el binomio alcohol-conducción y adoptar medidas concretas para reducir las fatales consecuencias. “Cuando se trata de conducir bajo los efectos del alcohol, el mensaje más simple es también el más seguro: no beba alcohol antes de conducir”.
(SERVIMEDIA)
10 Abr 2025
AGG/clc/gja