El estudio, realizado conjuntamente por el Registro Médico de Víctimas de Accidentes de Tráfico del departamento de Ródano y el Instituto Nacional para la Investigación de la Seguridad de los Transportes galo (Inrets), analiza de forma exhaustiva las lesiones de los heridos y la mortalidad registrada en las carreteras francesas entre 1996 y 2004.

Según esta investigación, si se tienen en cuenta todos los medios de transporte por carretera, la posibilidad de sufrir secuelas discapacitantes graves es equivalente a la de perder la vida en siniestros de circulación.

En el periodo analizado, las carreteras galas registraron una media anual de 60.800 heridos graves, 7.500 víctimas con secuelas severas, y 7.300 fallecimientos en los seis días siguientes al accidente.

El número de heridos graves, según este estudio, es 3,4 veces superior al que detallan las estadísticas de las autoridades de tráfico francesas.

Esta discrepancia se debería a que los autores de la investigación han utilizado una clasificación exhaustiva de las secuelas, y han tenido en cuenta las lesiones graves que persistían un año después del siniestro, mientras que los datos oficiales se refieren a la evaluación aproximada de la gravedad de las víctimas que las autoridades de tráfico realizan en los atestados de los accidentes.