Así se expresó Reynés en un acto informativo organizado por la Confederación Española de directivos y Ejecutivos (CEDE), donde afirmó que Europa “tiene los objetivos de descarbonización más bestias” pese a ser solo responsable del 12% de las emisiones mundiales.

Además, advirtió de que el mensaje de la UE de que “quiere escapar” de la dependencia del gas, a pesar de que no puede prescindir de él durante mucho tiempo según su punto de vista, "desalienta la inversión” en el sector gasista lo que afecta también a los precios. “Está incentivando al productor a que suba precios”, sentenció.

En la misma línea, señaló que otro factor paralelo a la subida del precio del gas y vinculado con la “obsesión” europea al que Reynés atribuye también un papel importante en la subida del precio de la electricidad es el encarecimiento del coste de los derechos de emisión.

“Eso hace que los derechos de CO2 valgan cada vez más” porque los productores con energías fósiles tienen que comprar derechos para seguir produciendo y eso genera un mercado de demanda en el que los precios suben.

Así, explicó que teniendo en cuenta que para producir un megavatio de electricidad hacen falta al menos dos de gas, además de 0,4 toneladas de CO2, si el gas ha subido un 300% y los derechos un 200%, “es evidente que eso es lo que ha pasado”, que la luz ha subido un 350%”.

En cuanto al futuro, advirtió de que los futuros del precio del gas siguen estando a finales de 2023 “sustancialmente” por encima de los niveles de 2021, y quien en los próximos diez meses el TTF holandés seguirá por encima de los 100 euros.