El Paraninfo de la Universidad Complutense acogió un acto institucional en el Día Internacional en Memoria del Holocausto, presidido por los Reyes y con la presencia del jefe del Gobierno; el embajador de Israel, Víctor Harel; varios ministros; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón; y el Defensor del Pueblo y uno de los más destacados miembros de la comunidad judía española, Enrique Múgica.

Tanto el Rey como Rodríguez Zapatero recordaron a todas las víctimas de los nazis, pero con especial énfasis a los seis millones de judíos que murieron en el intento de erradicarlos, no por sus ideas o sus actos, sino sólo por haber nacido judíos.

El monarca expresó su más firme compromiso "con los derechos inalienables de las personas, con la libertad y el más pleno respeto a la dignidad del hombre, de modo que nunca jamás pueda repetirse infamia semejante".

Ese compromiso, dijo el Rey, es imprescindible para seguir construyendo sociedades unidas en torno a principios y valores de libertad, justicia y democracia.

Antes, el presidente del Gobierno se comprometió a promover acciones educativas que permitan a las nuevas generaciones de españoles conocer los orígenes del Holocausto, para prevenir futuros genocidios.

Recordó que el riesgo de repetir esos episodios "es real", tal y como se demostró en Camboya, en Ruanda o en la antigua Yugoslavia.

Rodríguez Zapatero alertó de que, ante esa amenaza, la inacción es el primer paso para el olvido y, por eso, en España "no podemos volver el rostro y no lo volveremos".

En este acto, el principal de todos los celebrados a lo largo de la jornada para conmemorar este Día Internacional, se encendieron seis velas en recuerdo de las víctimas judías del Holocausto, pero también en memoria de los gitanos y republicanos españoles masacrados por los nazis.

En homenaje a todos ellos intervinieron el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel, y el presidente de la Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez Heredia. Se leyó también un mensaje de Jorge Semprún, superviviente del campo exterminio nazi de Buchenwald.

El himno internacional gitano, un minuto de silencio y una canción sefardí precedieron a la intervención del Rey, que terminó sus palabras con un "shalom", dirigido como saludo afectuoso a los supervivientes, a las familias de las víctimas, "y de manera particular al conjunto de la comunidad judía de España".