Altamira nació en Alicante en 1866 y falleció en México en 1951, donde vivía exiliado con su familia desde 1944. Fue jurista, humanista, historiador y pedagogo y trabajó en favor del diálogo, la educación y la democracia. Antes de morir expresó su deseo de ser enterrado en el Campello.

Este lunes el Rey presidirá el acto de inhumación de los restos de Altamira, que junto a los de su mujer, sus padres y sus abuelos, serán trasladados desde el nicho familiar en el que reposan actualmente hasta el monumento funerario que se ha construido en su honor en el cementerio de El Campello (Alicante).

Las gestiones para el traslado de los cuerpos de Altamira y su esposa las inició el anterior presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, y han sido continuadas por la Diputación de Alicante hasta conseguir que se cumpla el deseo de este jurista español.