Lo ha dicho en el discurso de inauguración de la cumbre, cuyo asunto principal sigue siendo la falta de acuerdo para definir qué es terrorismo y qué es "resistencia legítima a la ocupación". Tal es el enfrentamiento de israelíes y árabes a la hora de aceptar el denominado "Código de Conducta Antiterrorista", que el Gobierno español ya ha empezado a buscar una tercera vía: aunque no se apruebe finalmente, por lo menos obtener el compromiso político de apoyar la parte "operativa" del mismo.

Don Juan Carlos ha afirmado que para conseguir la paz en la región es necesaria "la lucha eficaz contra el terrorismo", pero la tradicional rivalidad árabe-israelí hace que unos y otros hayan acudido a esta cita de Barcelona mirándose de reojo.

Los jefes de Estado de la UE, la mayoría de los cuales están en la capital condal, a diferencia de sus homólogos árabes (sólo ha venido el presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud Abbas), están de acuerdo con Israel en definir terrorismo, pero las capitales árabes entienden que lo que hacen las milicias palestinas es "resistencia".

Tras la "foto de familia" y el discurso del Rey, los jefes de Estado y de Gobierno comenzaron la sesión de trabajo. El discurso del Monarca ha hecho hincapié en una paz "justa y duradera", para lo cual ha pedido "la cooperación reforzada contra las nuevas amenazas a la seguridad de nuestros pueblos" y "la lucha operativa y eficaz contra el terrorismo".

En materia de inmigración, don Juan Carlos ha dicho, ante los representantes de los 25 países de la UE, Argelia, Marruecos, Túnez, Egipto, Jordania, Siria, Líbano, Turquía, Israel y territorios palestinos, que es necesaria "una gestión ordenada de los flujos migratorios que resulte beneficiosa para todos".

Frente a las críticas por la falta de operatividad de esta cumbre, y por la falta de asistencia de líderes del mundo árabe -no están ni el egipcio Mubarak, ni el rey jordano Abdalá, ni el sirio Bachar el Assad, ni el argelino Abdelaziz Buteflika- el Rey ha preferido destacar que, pese a la las dificultades, el Proceso de Barcelona ha logrado mantenerse durante la última década.

Aun así, la negociación entre bambalinas, cerrado ya el Plan de Actuación Quinquenal, que incluye flujos de inversiones del Banco Europeo de Inversiones y otras medidas de tipo social y cultural (como la celebración de una conferencia ministerial euromediterránea para hablar de inmigración ordenada), sigue centrada en la insistencia de las delegaciones siria, libanesa y argelina por incluir una alusión a los movimientos de resistencia.