Universidad
El Rey aboga por regular la Inteligencia Artificial para prevenir "malas prácticas y abusos"

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El Rey abogó este jueves por la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) para prevenir malas prácticas y abusos, "antes incluso de que la exploración de esos ámbitos esté concluida" y explicó que esto no se debe "a un afán regulador" que "deba alcanzar hasta el último rincón de nuestra vida, sino porque el vacío de normas nos deja a la intemperie y puede dar pábulo a las peores prácticas, a los mayores abusos".
Así se manifestó en el discurso que pronunció en su investidura como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Alcalá, "impulsado por su estrecha vinculación con esta Universidad y su compromiso con los derechos humanos, la cultura o la investigación", como señaló el departamento de Ciencias Jurídicas.
Felipe VI estuvo acompañado por la Reina; el presidente del Senado, Pedro Rollán; la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, entre otras personalidades.
En su alocución disertó sobre el lenguaje jurídico, del que dijo tiene que ser accesible, "en particular desde las instituciones. Porque la comprensión plena refuerza nuestro sentido de comunidad, nos hace más partícipes del proyecto compartido. Y porque, llegados a este punto, no estamos hablando ya de derecho ni de lengua, sino de ética. El del lenguaje claro y accesible es un discurso profundamente ético. De ahí la atención que, desde hace ya unos años, se le presta en España y en toda la comunidad hispanohablante. El español, que es la segunda lengua de comunicación internacional, está abriendo nuevos caminos en este debate".
El Rey aseveró que "la lengua del derecho en los ámbitos judicial, administrativo y legislativo" tiene que ser "tan precisa como equilibrada, tan transparente como incisiva. Porque el derecho es ante todo comunicación, ordenación de la convivencia, solución de los problemas prácticos y tangibles de los ciudadanos". Y dirigiéndose a los juristas presentes en el Paraninfo les exhortó a que comuniquen "con claridad. Volcar la complejidad del pensamiento jurídico en un lenguaje que lleve al ciudadano a sentirse parte de la Administración y no mero administrado, que potencie y no inhiba su voluntad de participar en la cosa pública. Apelo a que, en el ejercicio de vuestra profesión, saquéis a relucir esa componente humana que hay en cada acto, en cada norma, para que nuestro derecho siga siendo lo mismo que la lengua sobre la que se edifica: una parte irrenunciable y benéfica de nuestra propia vida".
El jefe del Estado hizo varias alusiones a Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares en 1547, leyendo una cita suya del capítulo XVIII de 'El Quijote' cuando le dijo a Sancho Panza que “nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza”. Y así debe ser la lengua del derecho en los ámbitos judicial, administrativo y legislativo: tan precisa como equilibrada, tan transparente como incisiva. Porque el derecho es ante todo comunicación, ordenación de la convivencia, solución de los problemas prácticos y tangibles de los ciudadanos".
También puso en valor "las normas recientes que inciden en la comprensión como parte de la protección de los derechos procesales, la abundante jurisprudencia que ya trata de este asunto, o los trabajos académicos, algunos de tanto calado como el Libro de Estilo de la Justicia o el Diccionario del Español Jurídico" y recordó que algunos grandes juristas han sido, al mismo tiempo, escritores notables. "Pienso en Cicerón, en Montesquieu, en Becaría, en Savigny, en Tocqueville. Pero también muchos de nuestros más altos escritores o han sido abogados o al menos han intentado, con desigual fortuna, la carrera de derecho: desde Kafka hasta Allan Poe, desde Tolstoi a Mario Vargas Llosa".
Tras agradecer "de corazón" el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Alcalá, destacó como este campus cinco veces centenario y Patrimonio de la Humanidad, "es depositaria de los más altos y antiguos valores de la tradición universitaria española. La misma donde germinaron la escolástica y el humanismo; donde arraigó la libertad de cátedra; la que situó a la persona en el centro y en el eje de cualquier discurso". Una universidad en donde ejercieron su magisterio Antonio de Nebrija, Fernando de Mena o Francisco Suárez y estudiaron Ignacio de Loyola, Lope de Vega o Gaspar Melchor de Jovellanos".
(SERVIMEDIA)
27 Feb 2025
MAN/gja