Según han confirmado a Servimedia fuentes solventes, la propuesta ha partido del grupo eléctrico que aún controla el Estado, Endesa, y de Unión Fenosa, aprovechando la coincidencia de ideas que existe entre el PSOE y el PP en torno a la creación del segundooperador y ante su interés por no quedarse fuera de este proyecto.

Ambas formaciones políticas, cuyas divergencias impidieron sacar adelante el proyecto mediante un concurso antes de las elecciones de ayer, coinciden, sin embargo, en que el segundo operador de telecomunicaciones español deberá aprovechar todas las redes aptas para la prestación de servicios que ya existan.

Incluso CiU recoge en su programa electoral el criterio de que el segundo operador español de telecomunicaciones debe ser priado, pero partiendo de activos públicos alternativos a los de Telefónica que ya existen, en una clara referencia a Retevisión y las eléctricas, entre otros socios potenciales.

Esta posición, según las fuentes consultadas, sitúa a Red Eléctrica de España (REE) como la principal candidata a entrar en el capital de Optel, cuya red de fibra óptica -la segunda más importante del país después de la de Telefónica- alcanzará en 1996 los 7.000 kilómetros de extensión y seguirá creciendo para llegar a los 8.600kilómetros en 1998, año de la liberalización de las telecomunicaciones, en el que el segundo operador podrá ofrecer ya servicios de telefonía básica.

Hasta ese momento, fuentes de Retevisión han señalado a Servimedia que se quiere desarrollar todo el potencial de servicios de telecomunicaciones que ya es capaz de dar mediante las sucesivas licencias que le ha ido otorgando el Gobierno, al tiempo que se sigue configurando un grupo de socios que estarán definitivamente en el futuro competidor nacional d Telefónica.

En principio, el acuerdo que se negocia excluye una alianza acerca de las redes de cable en ciudades y sobre Airtel, en donde ya están el BCH, Endesa y Unión Fenosa, y se limita a establecer un acuerdo estratégico para compartir sus respectivas redes, sean troncales o no, alternativas a Telefónica.

Con un acuerdo de estas características, Retevisión podría iniciar el proceso de inversiones que aún tiene pendiente para desarrollar todo su potencial de servicios, al incorporar socios cn los que hacer frente a un desembolso que se calcula en torno a los 200.000 millones de pesetas en los próximos dos años, de los que la mayor parte serán para la futura red de telefonía básica.

Además, el acuerdo que está a punto de cerrar Retevisión con el sector eléctrico se encuentra en la línea de la última directiva de la Comisión Europea, denominada de "liberalización completa" de las telecomunicaciones, que contempla la libertad de uso de las redes alternativas a la operadora estatal, Telefónia, a partir del próximo mes de julio, adelantando el calendario que se había establecido inicialmente en el Consejo de Ministros de la UE.

DESPUES LOS BANCOS

Para una segunda fase se quedaría la incorporación de socios financieros que tampoco están alineados con Telefónica, como el Banco Central Hispano y el Santander, y multinacionales del sector de las telecomunicaciones que aporten la experiencia tecnológica y de competencia en otros mercados.

Además, la venta de un 40% de Optel no requiere a aprobación del Consejo de Ministros, ya que en ningún momento el Estado deja de controlar ni el ente público Retevisión, en el que mantendría el 100%, ni tampoco su filial Optel, en la que conservaría un 60%. De esta forma, se respeta la decisión política de la privatización, que corresponderá al nuevo Gobierno salido de los comicios del domingo.

La alianza de eléctricas dispuestas a comprar el 40% de Optel incluiría también a otras compañías del sector que giran en torno al eje estratégico formado or el acuerdo BCH-Endesa, es decir, Unión Fenosa por el lado de la entidad financiera que preside José María Amusátegui, y Sevillana, Fecsa, Viesgo, etc. por el lado de la eléctrica pública, que cuenta ya con paquetes mayoritarios en sus respectivos accionariados.

Las fuentes consultadas no descartan que "alguna otra entidad española de primera división", como es el caso de Cajamadrid, se incorporara también a su accionariado si la caja madrileña aclara sus posiciones al respecto, ya que parece haber congelado' el interés inicial que mostró por el proyecto de segundo operador.