En el juicio por su actividad en Ininpusa, uno de los primeros "chiringuitos financieros" descubiertos en Barcelona en 1989, el ausado reconoció los hechos y aceptó las acusaciones. La vista oral, celebrada el pasado 22 de mayo, sólo duró cinco minutos. El fiscal pedía para Martín Murciano 10 años de prisión, mientras que las acusaciones particulares pedían 12.

Ininpusa comenzó a funcionar en febrero de 1989 y se presentaba como una sociedad de valores y administración de patrimonios que ofrecía a sus clientes intereses de entre el 15 y el 30 por ciento. El acusado cerró los locales de la empresa el 26 de octubre de 1992 y huyóa Sudamérica, aunque fue detenido un año después en Gerona.