El estudio, que toma como referencia un coche que circula a 100 kilómetros por hora y en el que viaja una familia de cuatro ocupantes, demuestra que una distancia de seguridad de 28 metros sobre el vehículo precedente supondría, en el caso de que éste se retenga bruscamente, una colisión por alcance a 80 kilómetros por hora y la muerte de dos de los cuatro miembros de la familia.

En el caso de que la distancia de seguridad sea de 50 metros, el impacto se produciría a 64 kilómetros por hora y causaría daños de diversa consideración a todos los miembros de la familia, mientras que si la distancia es de 70 metros, no habría colisión.

El RACE recuerda que en 2007 se produjeron un total de 15.865 de accidentes con víctimas por alcance, casi un 16% de los accidentes de tráfico causados directamente por no respetar la distancia de seguridad frontal.

Ese mismo año murieron 322 personas por colisiones en choque por alcance y múltiples, un 8,4% del total de los fallecidos en carretera, proporción que se mantiene estable con los años.