Por este motivo, el precio suele subir ligeramente entre junio y septiembre. En algunos casos, aumentando directamente la tarifa diaria, y en otros, suprimiendo los descuentos que se aplican por dejar a un animal en la residencia durante varios meses.

Las vacaciones estivales no son el único motivo por el que se solicitan las plazas de estos centros, aunque sí el mayoritario. Miguel Hutado, propietario y cuidador de "Can Hotel" explicó a Servimedia otras causas habituales como "los cambios de domicilio, las reformas en la casa, o la enfermedad del dueño, sobre todo cuando es mayor".

En los fines de semana, los puentes y la temporada de esquí también se incrementa la ocupación de las residencias caninas, aunque la reserva anticipada de plaza sólo resulta imprescindible para el mes de agosto, sobre todo si el dueño del animal no es cliente habitual del centro.

Las condiciones exgidas por los responsables de estas residencias a los dueños son ante todo sanitarias: cartilla veterinaria actualizada que garantice que el animal está perfectamente vacunado y no padece ninguna enfermedad contagiosa, y collar desparasitario reciente si es verano.

MALA FAMA

Blas Lara, encargado de "Solycan", reconoció a Servimedia que hace años las residencias caninas tenían mala fama, porque la gente estaba acostumbrada "a dejar el perro con un vecino o un familiar que lo cuidase bien, pero ahora as residencias cumplimos esta función, y lo importante es que la gente vaya teniendo confianza".

Las características de las distintas residencias suelen ser similares, con variaciones en el número de plazas, que oscilan entre 60 y 250, y en las dimensiones de las jaulas. La mayoría de los centros admite sólo a perros y gatos, aunque hay algunas especializadas en otro tipo de animales, como aves.

Son los detalles, como el tipo de comida que se dé a los animales, o que haya cuidadores que les saque a pasear, lo que diferencia a unas residencias de otras, y lo que provoca, según Lara, "el boca a boca", es decir, que los dueños de animales se cuenten entre si cómo tratan a sus mascotas en el centro donde han estado, y con el tiempo, se hagan clientes habituales de uno de ellos.