La FAPA explicó hoy en una nota que el ganadero falleció días atrás y en la finca tenía, entre chatarra de todo tipo, maderas, cajas de fruras, un coche destartalado y ventanas rotas, un rebaño de ovejas, una vaca, varios cerdos y 10 perros.

Cuando los protectores de animales llegaron a la finca el domingo pasado, sólo encontraron a los perros, ya que uno de los hijos del ganadero fallecido había vendido el resto de los animales pero no se hicieron cargo de los canes.

Una de las asociaciones de la FAPA, Amnistía Animal Comunidad de Madrid, supo de este caso después de que varios vecinos se quejaran el pasado mes de enero ante el Ayuntamiento de Fuente el Saz de Jarama de las "condiciones de abandono absoluto y falta de alimento" en las que se encontraban los animales desde hacía varios meses.

Además, los vecinos afirmaban que los perros salían de la finca para buscar comida e incluso llegaban a una carretera cercana, con riesgo de provocar algún accidente de tráfico.

Sin embargo, según la FAPA, el consistorio no tomó medidas "para acabar con el calvario de estos animales", por lo que Amnistía Animal Comunidad de Madrid llevó el caso al Seprona y a la Dirección General de Agricultura de la Comunidad de Madrid.

Además, esta asociación denunció al ayuntamiento por dejación de funciones ante la Guardia Civil de Valdetorres del Jarama, que trasladó el caso al Juzgado número 7 de Torrejón de Ardoz, el cual ha admitido la denuncia a trámite.

Los perros apenas habían tenido contacto con las personas, por lo que, según aseguró la FAPA, el rescate fue complicado y se hizo necesario el lazo para capturar a la mayoría de los canes porque se escondían entre la chatarra y "su miedo les hacía morder a quien se acercaba a ellos".

La FAPA señaló que seis de los 10 perros eran hembras, cinco de las cuales estaban preñadas; algunos de los canes tenían sarna y todos estaban "llenos de garrapatas y pulgas".

Los animales fueron trasladados a los albergues de las asociaciones ANAA, ALBA, SPAP Madrid y PROA, donde serán sometidos a un exhaustivo control veterinario y a una terapia de socialización para poder ser entregados en adopción.