La actualización de la estrategia de la energética, que coincidirá con la publicación de los resultados financieros del cuarto trimestre y del año pasado, llega tras lograr con dos años de antelación la consecución de los objetivos fijados en el plan anterior, el de 2021-2025.

Además de resolver el futuro de las inversiones en España, se espera que el plan sea continuista con los pasos dados por Repsol para avanzar en su transformación y descarbonización con la meta de ser cero emisiones netas en 2050, reforzando su perfil multienergético y las soluciones que ofrece a los clientes.

Para ello, está realizando fuertes inversiones (en 2023 podrían alcanzar los 5.200 millones de euros), con el objetivo, por ejemplo, de que sus plantas industriales en España fabriquen productos con baja, neutra e incluso negativa huella de carbono.

Otra de las bases de esta estrategia son los combustibles renovables, que se pueden fabricar a partir de residuos orgánicos (como aceites de cocina usados o biomasa) o combinando hidrógeno renovable y CO2 capturado.

Por otro lado, la compañía continúa afianzando su posición en el mercado de la comercialización de electricidad. En julio adquirió el 50,01% de la comercializadora CHC Energía, lo que ayudó a elevar la cartera de clientes de electricidad y gas hasta los 2 millones.

Con esta compra, adelantó en dos años la consecución del objetivo fijado por el Plan Estratégico 2021-2025 y se consolidó como el cuarto operador del mercado en España en número de clientes de electricidad.

Otro de los pilares para la transición energética de la compañía es la generación renovable de electricidad. Sus objetivos actuales en este ámbito son alcanzar los 6.000 megavatios (MW) en 2025 y los 20.000 MW en 2030.

En lo que respecta al negocio de Exploración y Producción (Upstream), la compañía lleva a cabo un plan de reorganización de la cartera, centrando su actividad en regiones dentro de la OCDE, y ha reducido su presencia a 14 países.

El foco está situado especialmente en Estados Unidos, donde Repsol ha construido una posición que genera sinergias y, por lo tanto, mayores ventajas competitivas. Con ello, está priorizando el valor sobre el volumen de producción, y busca liderar la reducción de emisiones de CO2 en el sector, centrándose en activos con menos emisiones por barril.

El camino de transformación de Repsol está siendo respaldado por instituciones como el Banco Europeo de Inversiones(BEI), la Unión Europea, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) o el IDAE. Las cuatro entidades han anunciado su apoyo financiero a distintos proyectos de la compañía, orientados a alcanzar las cero emisiones netas.

Por último, se espera un incremento de la remuneración a los accionistas, tras cumplir por anticipado con los objetivos. Sumando dividendos y reducciones de capital, distribuyó cerca de 2.400 millones de euros en el conjunto de 2023.