El director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras, expresó que "lo excepcional de este proyecto ha sido que todo ha salido bien; por primera vez hemos tenido un buen equipo de profesionales que hace que lo soñado se cumpla, apoyado por los medios". "La neocueva", prosiguió, "es un libro abierto que todo el mundo puede abrir y leer, de esta forma placer y conocimiento se unen a través de la reflexión".

La arqueóloga, Carmen de las Heras, señal sobre este proyecto que "es una medida de compatibilizar ocio y disfrute para los miles de visitantes que deben esperar años para ver las cuevas originales; es un proyecto de una gran calidad científica y de comunicación al servicio del público".

En el nuevo Museo de Altamira la tecnología más avanzada y los más modernos sistemas de comunicación tranportan al público visitante a tiempos del Paleolítico, además concebido como un centro para la conservación, la investigación y la difusión de la Cueva d Altamira y la Prehistoria.

En el interior del museo, la exposición permanente "Los tiempos de Altamira" reúne la mejor colección arqueológica de objetos del Paleolítico Superior de la Península Ibérica. Esta colección se compone de más de 400 restos, ambientado por recreaciones, películas, ordenadores con bases de datos, juegos interactivos y dibujos animados. Esta sala didáctica intenta enseñar la historia del hombre a pequeños y adultos de una forma fácil y sencilla.

La neocueva reconstruye elespacio cavernario original a partir de los datos obtenidos por la investigación arqueológica, geológica y topográfica. La copia de las pinturas guardan una gran fidelidad al original, realizado con los mismos procedimientos técnicos y colorantes naturales. La alta tecnología y el trabajo artístico sirven para facilitar su conocimiento y el de su ambiente cultural histórico.

La visita a las cuevas originales se mantiene, desde 1982, de forma limitada, sólo 8.500 personas pueden contemplar las famosas iguras originales debido a su carácter especial y frágil. El régimen de visita se realiza por petición a la dirección del museo con una lista de espera de entre dos años y medio y seis años, lo que demuestra que la visualización directa de este enclave paleolítico se convierte en un auténtico lujo.

Este proyecto para acercar Altamira al ciudadano, con la colaboración desde 1996 del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santillana del Mar y la Fundació Marcelino Botín, continuará con la rehabilitación de dos pabellones para muestras temporales y la restructuración del paisaje con especies arbóreas semejantes a las existentes en tiempos de los cazadores de estas cuevas.