El folleto, titulado "Menos-precio a los libros de texto", ha sido elaborado por la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) y está prevista la edición de 2 millones de ejemplares, según inform hoy a Servimedia el director gerente de CEGAL, José María Barandiarán.

El tríptico señala que el descuento libre impulsado por el Ejecutivo "parece una medida liberalizadora, pero es puramente intervencionista". "Favorece en exclusiva a las grandes superficies y perjudica gravemente a la red de librerías", subraya.

Según CEGAL, el descuento ilimitado servirá a los "híper" como reclamo "para vender muchas otras cosas al precio que quieran, aunque para ello se malbarate el valor del libro y la culura".

Los libreros insisten en el dato de que el coste de los libros de texto sólo representa a los padres una de cada cinco pesetas del total que se tienen que gastar cuando llega el comienzo de curso. Los demás artículos (zapatillas, mochila, ropa deportiva, etc.) son las otras cuatro pesetas.

CEGAL teme que los "híper" vendan a precio de coste los manuales escolares, algo que auguran que llevará al cierre de miles de librerías y, a la postre, cuando se reduzca el mercado, a la subida de precio, como ha ocurrido en Francia y Reino Unido.

Barandiarán respondió hoy a las declaraciones que ayer hizo en los cursos de verano de El Escorial el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, quien dijo que las pequeñas librerías "tendrán que especializarse en algún tema o tomar medidas, porque no se puede vivir sólo de los libros de texto".

"El secretario de Cultura desconoce la realidad librera fuera del centro de las grandes ciudades. Las pequeñas librerías de barrio o de los puebls tienen muy difícil subsistir si no venden libros de texto", señaló el directivo de CEGAL.

Para los libreros, la solución no pasa por la especialización, sino por la retirada del decreto o, como mal menor, por una política de Estado de apoyo a las librerías.

Sobre la reunión que mantuvo el pasado miércoles la ministra Pilar del Castillo con representantes del sector del libro, Barandiarán dijo que, aunque no le guste al secretario de Cultura, es lógico que éstos salieran decepcionados, porque nose abordó el tema de los libros de texto.

"Aunque es verdad que no estaba en la agenda, nos hubiera gustado que la ministra nos dijera algo. Siempre que hay algún problema grande, nos convocan para hablar de otros asuntos", indicó.