Vázquez adujo que varias personas votaron sin tener derecho a ello "cometiendo una irregularidad y una vergüenza que sólo mancha la imagen del partido". Según l dirigente guerrista, en la reunión había 139 militantes con derecho a voto y en el escrutinio se registraron 145 votos.

El alcalde de La Coruña aseguró a los periodistas que en el PSOE gallego "todavía quedan pícaros, lazarillos, tramposos y gente tenaz en el error y cotumaz en la trampa".

"Hay que acabar con la triste imagen que está ofreciendo el partido", añadió Vázquez, quien dijo que no cree que los que votaron de forma fraudulenta sean renovadores, porque "incluirlos en esta tendencia sera insultar a importantes figuras del partido que se declaran renovadores".

Dijo en tono irónico que seguramente los que votaron así "eran familiares o amigos de miembros del comité nacional o personas que pedían un vaso de agua".

El senador Xosé Blanco, portavoz de los renovadores, negó estas acusaciones y denunció que los guerristas no habían respetado el resultado de una votación democrática. Atribuyó el desajuste de votos registrado al hecho de que algunos militantes que tenían derecho a vota no habían tenido tiempo de inscribirse.

El presidente del Grupo Socialista en el Parlamento gallego, Ceferino Díaz, lamentó el incidente y dijo que "no hubiera sucedido si no estuviésemos constantemente jugando a ver quién tiene la mayoría".

Antes del incidente, el Comité Nacional de los socialistas gallegos había decidido fundir en una sóla las dos ponencias presentadas como base de los debates para el próximo congreso gallego. Este órgano ratificó después del abandono de los renovadores un llaamiento a todos los delegados gallegos para que acudan unidos al congreso federal de marzo.