De este modo, según informa la compañía, a partir del 1 de enero tampoco existirán espacios habilitados para fumadores en los trenes cuyo tiempo de viaje es superior a cinco horas, que son concretamente 66 trenes de larga distancia.

Renfe ha previsto variar la señalización de los espacios para fumadores como espacios sin humo, ha quitado del sistema de venta de billetes las plazas para fumador y, paulatinamente, renovará las fundas de los asientos y la moqueta de los coches de fumadores.

La prohibición de fumar en trenes con un tiempo de viaje inferior a 5 horas, incluyendo cafeterías y plataformas, entró en vigor el pasado 1 de febrero.

Entre las principales medidas que preparó Renfe destacó un plan de formación para el personal a bordo de trenes para atender posibles situaciones de ansiedad. Este curso fue impartido por psicólogos de la compañía y asistió el 100% del personal que cubre líneas donde se eliminaron plazas de fumadores.

Además de las medidas tomadas para la prohibición de fumar a bordo de los trenes, Renfe ha desarrollado un plan que permitirá a la empresa adaptarse a los mandatos de la nueva ley.

La compañía, que cuenta con unos 15.000 empleados, ha procedido a eliminar las máquinas expendedoras de tabaco en todos los centros de trabajo donde estaban instaladas. Ha procedido también a señalizar los espacios sin humo y la prohibición de fumar en todas las zonas comunes de sus centros de trabajo y a instalar ceniceros a la entrada de los recintos, entre otras medidas.

Otra medida ha sido la campaña antitabaquismo que Renfe ha desarrollado a lo largo de los últimos tres años a través de la Dirección de Recursos Humanos. Se trata de un programa de Medicina Preventiva dirigido a los trabajadores que fuman para proporcionales la necesaria ayuda médica y psicológica especializada que les permita dejar el tabaco.

Renfe corre con los gastos del programa, aunque el trabajador que voluntariamente quiera apuntarse debe aportar 100 euros como modo de aumentar su compromiso con la iniciativa de dejar el tabaco.

Desde que empezó a desarrollarse, en 2003, casi 500 trabajadores se han acogido al programa para la prevención y el tratamiento del tabaquismo.

El programa tiene una duración de tres meses y comienza con un diagnóstico en profundidad sobre cómo el hábito de fumar afecta al trabajador.