Según informó hoy Fomento, el objetivo de esta medida es cumplir con la legislación vigente sobre "limitación en la venta y uso del tabaco", ajustarse a la normativa europea y adaptarse al proyecto de Real Decreto sobre consumo de cigarrillos, que en la actualidad está en fase de estudio.

Desde el anuncio oficial por parte del Gobierno, Renfe ha preparado un paquete de medidas encaminadas a hacer realidad este compromiso reclamado por la sociedad, que entiende la necesidad de mantener entornos limpios de humos.

Sin embargo, la entidad asegura ser "consciente" de los efectos que esta iniciativa puede tener en sus clientes fumadores, por lo que ha puesto en marcha un plan de formación y atención especial a este colectivo que tendrá lugar en estaciones y en los propios trenes, a través de señalizaciones especiales y megafonía.

ATAQUES DE ANSIEDAD

Además, Renfe ha desarrollado un programa formativo dirigido a sus empleados para poder solventar posibles situaciones de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo de los pasajeros a bordo, ya que la falta de nicotina en un adicto puede tener efectos importantes sobre la personalidad del sujeto.

La medida supone la prohibición de fumar en el 98% de los recorridos de la red estatal de ferrocarriles. En concreto, afecta a la totalidad de los trayectos de Cercanías, Regionales y AVE, mientras que en Grandes Líneas afecta al 68% de las circulaciones.

El 2% restante del total de trenes en servicio realizan un recorrido de más de 5 horas de duración, por lo que se permitirá fumar en las zonas acotadas para ello.

Este volumen de trayectos representa el 32% de los viajes de Grandes Líneas (66 trenes), en los cuales se permitirá el consumo de tabaco en determinados vagones, siempre que el total de plazas habilitadas no supere el 36% del total ofertado para ese recorrido.

Fuera de estos coches, regirá la prohibición total, incluyendo cafeterías, servicios y plataformas.