TIFSA cuenta con un capital de 100 millones de pesetas y unas reservas de otros 268 millones, por lo que la operación acarrerá a Renfe una prima sobre el valor contable de la compañía del 63 por cien.

La alianza con TIFSA se debe al proceso de diversificación en la cartera de clientes de la compañía en los últimos tres años, con dos contratos en Eslovenia y Rusia, y el que se está últimando ahora para desarrollar una solución ferroviaria en Bielorrusia.

Además, la empresa española participa en programas de análisis y evaluación de infraestructuras del transporte ferroviario con la Unión Europea y con corporaciones locales para diseñar soluciones tecnológicas y de ingeniería, como el reciente contrato para el Metro de Bilbao.

La filial de Renfe, en la que ahora entrarán las otras dos firmas similares pertenecientes en un caso a los ferrocarriles franceses (SCNF) y en el otro a la compañía pública alemana y el Deutsche Bank, alcanzó un volumen de negoio en 1993 de 1.063 millones de pesetas, y unos beneficios de unos 115 millones.

Por su parte, los dos nuevos socios extranjeros aportan un cartera de clentes muy importante, con presencia en más de 70 países y una experiencia de miles de proyectos en el mismo área de asesoría.