El ministerio, en colaboración con el Natural Environment Research Council (NERC), centrarán este estudio, que durará cinco años, en el Atlántico Noreste, el Ártico y el Antártico.

La acidez de los mares, causada por la mayor cantidad de dióxido de carbono (CO2) disuelto en el agua, ha aumentado un 30% en los últimos 200 años y los científicos advierten de que esta acidez puede afectar a la cadena alimentaria.

El mar absorbe el CO2 de la atmósfera pero, a medida que han aumentado las emisiones de ese gas, también lo ha hecho la acidez del mar. Eso quiere decir no sólo que en el futuro va a absorber menos CO2, sino que se van a ver amenazados los corales, el plancton, los moluscos y otros eslabones vitales de la cadena alimentaria.