Este departamento estará formado por 30 expertos, y desarrollará labores de investigación y operaciones secretas contra los traficantes y mafias que controlan la industria del sexo en el país. Para ello, colaborará con los servicios de inmigración, de pasaportes y la Fiscalía británica.

La creación de esta unidad responde al importante incrementoen el número de mujeres introducidas ilegalmente en el país por las redes de prostitución, que, según una investigación de la Fiscalía británica, son subastadas en los propios aeropuertos, tan pronto como bajan de los aviones.

Muchas de ellas ya no son víctimas que vienen a Gran Bretaña sin saber a qué se dedicarán, sino que adquieren documentos falsos a las mafias, para dedicarse a una actividad en la que pueden llegar a ganar de 7.000 a 14.000 euros semanales, lo que les permite pagar a estas organizaciones y envíar dinero a sus familias, según datos de la policía de Londres.

Sin embargo, muchas otras son esclavas sexuales que viven privadas de libertad. En esa situación se encontraban unas 1.400 mujeres hace cinco años, según un informe del Ministerio del Interior. Los expertos calculan que esa cifra podría ser el doble en la actualidad.

La policía británica atribuye el aumento del tráfico de mujeres al incremento de la presencia de mafias albanesas en el país, que cada vez tienen mayor poder en la industria del sexo, el comercio de drogas y el de armas.