Sólo el 2,4 por ciento de los entrevistados siente alguna inquietud por este tema, mientras que paro, inmigración y terrorismo etarra siguen siendo los asuntos que dan más quebraderos de cabeza a los ciudadanos.

El paro es motivo de preocupación para el 49 por ciento de los encuestados, seguido de la inmigración, que inquieta al 29,4 por ciento, y del terrorismo de ETA, que es problema destacado para el 27,9 por ciento, manteniendo el orden de prioridades del mes de noviembre.

Muy por delante de la reforma de los estatutos de autonomía se sitúan la inseguridad ciudadana (22,6 por ciento), la vivienda (17,7 por ciento), problemas de índole económica (17,5 por ciento), los partidos políticos (10 por ciento), la calidad del empleo (8,4 por ciento) o las drogas, que son un problema para el 6,8 por ciento.

Por detrás de los estatutos aparecen asuntos como los problemas medioambientales (2 por ciento), las infraestructuras (1,3 por ciento), el racismo (0,8 pro ciento), la agricultura, ganadería y pesca (0,7 por ciento) o el terrorismo internacional (0,1 por ciento).

En cuanto a la situación económica, el 23,5 por ciento de los encuestados la perciben como buena o muy buena, mientras que el 24,9 por ciento la ven mala o muy mala. En el mes de noviembre los optimistas eran el 24,5 por ciento y los pesimistas el 23,6 por ciento.

Respecto a la situación política, los que la ven buena o muy buena son un 17,8 por ciento y los que la perciben como mala o muy mala sumaban el 32 por ciento. El mes anterior en esas mismas categorías los porcentajes eran del 16,1 por ciento y del 33,5 por ciento.