La Junta aconseja permanecer en un lugar protegido si bajan mucho las temperaturas y hay mucho viento, pero si no queda más remedio que salir, que se haga de forma muy breve y protegiéndose con sombrero o gorro, ya que el cuerpo pierde mucho calor por la cabeza.

También recomienda que se utilice bufanda para cubrirse la cara y la boca; guantes, abrigo y, si es posible, varias capas de ropa no apretada para no dificultar la circulación, especialmente en piernas y pies.

Asimismo, recuerda la conveniencia de respirar por la nariz para calentar y humidificar el aire que llega a los pulmones, pues si se respira por la boca se favorecen las afecciones de garganta y faringe.

El corazón trabaja más cuando tiene que proteger al cuerpo del frío, por lo que si hay que realizar un trabajo agotador, hacerlo con calma y bien protegido con la ropa adecuada, pero sin abrigarse en exceso para evitar sudar en lo posible. La consejería recomienda mantener el cuerpo seco, pues la humedad lo enfría rapidamente. Si se suda, hay que procurar cambiarse la ropa húmeda cuanto antes y evitar los cambios bruscos de temperatura.

También hay que evitar caminar sobre hielo o superficies heladas. Un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas en banquetas, escalones y caminos congelados.

Es muy importante vigilar la temperatura en las habitaciones con bebés y ancianos. Los bebés pierden calor más rápido que los adultos. Los ancianos pierden la capacidad de sentir cambios bruscos de temperatura, por lo que se recomienda mantener entre los 20 y los 22 grados aquellas habitaciones en las que haya mayores de 65 años.

No se deben ingerir bebidas alcohólicas, pues ello hace que el cuerpo pierda calor más rápidamente, porque la ingestión de alcohol provoca una dilatación de los vasos sanguíneos periféricos, lo que origina un aumento del riego sanguíneo de la piel que favorece la pérdida de calor, aunque pueda dar sensación de lo contrario.

La Consejería de Sanidad hace especial hincapié en el control de los niveles de monóxido de carbono al encender una chimenea, un brasero de picón, una estufa de gas o un calentador de keroseno, y si se enciende la calefacción de un automóvil.

Si hay que salir con el coche, además de con cadenas hay que ir preparado con cobertores o mantas de viaje para protegerse del frío; teléfono móvil con la batería cargada y de repuesto si es posible; alimentos fácilmente transportables como frutos secos, chocolate, etc., y agua potable; linternas con pilas cargadas y de repuesto, y llevar lleno el depósito de combustible.

Si nieva, habrá que comprobar que la nieve no esté tapando el tubo de escape para reducir el riesgo de envenenamiento por monóxido de carbono.