El parque, que forma parte del complejo del Campo de las Naciones, ocupa una extensión de 220 hectáreas, dos veces más que "nuestro entrañable Parque del Retiro", según palabras del alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, que estuvo presente en la inauguración junto a la corporación municipal y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina.

En su discurso, Alvarez del Manzano, que ofreció el nuevo recinto a los Reyes, puso de releve la historia que llevó al consistorio a realizar este espacio verde, recordando a los anteriores alcaldes de la capital que gestaron la idea, desde Enrique Tierno Galván hasta Agustín Rodríguez Sahagún.

Asimismo, pidió a los madrileños que "cuiden el nuevo parque como algo propio", recordando que el recinto ha sido construido para el disfrute de todos los ciudadanos. "Así, el uso de la propia libertad y su autolimitación en favor de los demás facilita el buen uso de las cosas públicas", continuó. Tras su intervención, el rey Juan Carlos descubrió una placa conmemorativa del acto, tras lo cual realizaron una visita por el nuevo recinto.

En el interior del parque se conservan unos olivos centenarios que dieron su nombre original a ese espacio, el Olivar de la Hinojosa, y que fue ofrecido a la reina Sofía "para que recuerde su infancia con un olivar", señaló el alcalde.

El parque, cuya construcción en conjunto ha ascendido a 20.000 millones de pesetas, tiene una configuración de anillo, e cuyo interior están situadas, entre otros elementos, varias macroesculturas de artistas internacionales, como Berrocal.

Asimismo, dispone de una gran cantidad de elementos en los que es fundamental el agua, como el gran canal que lo atraviesa, dos lagos y un buen número de fuentes cibernéticas, en las que, mediante programas de ordenador, el agua realiza figuras siguiendo la cadencia de la música ambiente que se escuchará en el recinto, denominado por ello "parque inteligente".

El nuevo espacio erde, sólo superado en extensión por la Casa de Campo, también cuenta con un gran auditorio y en su terreno han sido plantados 13.000 árboles, que conforman, junto a arbustos y plantas, la vegetación, todavía joven, del recinto y cuyo riego es realizado mediante agua reciclada en la depuradora de Barajas.

SIMBOLO DE LA TOLERANCIA

Además, en su interior está situado el Jardín de las Tres Culturas, un recuerdo simbólico mediante la vegetación a las tres civilizaciones que convivieron pacíficamente en spaña, la musulmana, la judía y la cristiana, "que quisiéramos que fuese el signo exterior de la tolerancia y de la paz con el que la Conferencia Internacional iniciada en Madrid debiera terminar".

Posteriormente serán incorporados más equipamientos, como un mayor número de papeleras y bancos, así como un medio de transporte para sus visitantes, un pequeño tren, y, probablemente, bicicletas, según anunció el concejal de Obras, Enrique Villoria.

Además, a partir de mañana, día en que será abierto l público, el Ayuntamiento potenciará el transporte público que traslade a los visitantes desde el centro de la ciudad al parque, ya que en la actualidad es deficiente, mediante la implantación, por el momento, de una línea de autobuses municipales que partirá de la Plaza de Castilla.

Respecto a su mantenimiento, Villoria explicó que ha sido adjudicado por seis meses a una empresa, por un importe de más de 180 millones de pesetas, aunque señaló que la aspiración de la sociedad Campo de las Naciones, gstora del parque, es lograr que los encargados de la explotación de los servicios del parque, como los quioscos o restaurantes, sean quienes sufraguen ese coste.

Al término del acto, Alvarez del Manzano mostró su satisfacción por haber inaugurado "el gran parque del siglo venidero", que, a su juicio, permanecerá para siempre para los madrileños, "no como lo de Sevilla, que se desmonta", dijo.

Finalmente, señaló que los Reyes se mostraron "encantados" con el nuevo parque. Además, durante su visitaal recinto formularon diversas sugerencias al alcalde, como la instalación de más papeleras, que en la actualidad son prácticamente inexistentes.