El cirujano gallego Guillermo Espiña, junto con un experto alemán, fue el encargado de relizar la intervención, en la que se implantó a la paciente, en el oído interno, un sofisticado receptor que le transmite las ondas sonoras, a través de la piel, a un procesador de sonido.

Hasta ahora, los implantes cocleares realizados en España habían tenido como destinatarios a personas adultas con sordera adquirida después de haber aprendido a hablar. Sin embargo, en este caso la sordera es de nacimiento.

En las próximas semanas comenzará el proceso de adiestramiento auditivo de la niña -cuyo ombre no fue difundido por expreso deseo de sus padres-, que correrá a cargo de un equipo especializado, en el que se integran logopedas y audioprotesistas.

Según el doctor Espiña, es perfectamente posible conseguir que pacientes sordos de nacimiento adquieran un lenguaje completo, sobre todo en el caso de los niños, cuando el cerebro es más maleable, aunque después de un trabajo continuado por parte del logopeda y de la familia.