Así se expresó Sánchez en este evento organizado por Nueva Economía Fórum en Barcelona, donde recordó que el Ejecutivo catalán es titular de la gestión del servicio de cercanías desde 2010 y de los regionales desde 2011 y que por ello puede fijar horarios, frecuencias y tarifas.

Además, denunció que “no ejerce sus competencias”, ya que debe acordar con Renfe el servicio que quiere prestar a través de un contrato programa para el que se creó una mesa de trabajo hace ya cinco años.

“No sabemos porque no avanza”, lamentó Sánchez, quien sostuvo que la Generalitat “también tiene su responsabilidad” en el servicio de cercanías y el contrato programa ayudaría a mejorarlo.

Por otro lado, destacó que el Gobierno está ejecutando el plan de inversiones de 5.500 millones de euros para el ferrocarril en Cataluña y apuntó que en dos o tres años “se notará una mejora sustancial porque partíamos de una década perdida”.

En todo caso, defendió que “es normal que sufra incidencias” aunque aseguró que los cercanías en España son de los que mejor funcionan en el mundo.

Sánchez se refirió también a la ampliación del aeropuerto de Barcelona y mostró su esperanza de que se pueda alcanzar un acuerdo que desbloquee la situación antes de 2026, año en que se debe aprobar un nuevo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA).

“Queremos que sea un hub intercontinental”, prosiguió Sánchez, quien advirtió de que “el tráfico existe y seguirá creciendo y si no somos capaces de atraer esta demanda se irá a otros aeropuertos como Madrid o Lisboa”.

En cuanto a la relación entre el Gobierno y la Generalitat, destacó que es necesario “un ejercicio de colaboración, diálogo y consenso” basado en el pragmatismo como el que permitió aprobar los presupuestos tras “una década perdida por causa del independentismo y de las posiciones maximalistas de la derecha”.

“Ahora tenemos una relación normalizada”, destacó la ministra, quien la catalogó también de “cordial”. En esta línea, pidió al Gobierno catalán “poner encima de la mesa el interés general y no los intereses partidistas”. “No hacen falta cumbres extraordinarias, hace falta recuperar una relación de trabajo”, concluyó.